En 2002, Richard Florida publicó La clase creativa, libro en el que sostenía que un núcleo concentrado de talento bohemio era la clave para el desarrollo de un área metropolitana. Incluso tiene un ranking de ciudades más y menos bohemias en Estados Unidos.
Sea o no importante, y Florida tiene muchos críticos, para prosperar hay que tener en cuenta otros factores. Antonio Cabrales ha resumido en Nada es Gratis algunas de las principales ideas de los economistas sobre el tamaño de las ciudades y la productivdad de los habitantes. Ed Glaeser ha escrito de forma convincente sobre el papel fundamental de los emprendedores en el crecimiento de Nueva York.
Según el informe Estado de las Ciudades del Mundo 2010/2011 (PDF) de ONU-Habitat, «ningún país ha logrado nunca un crecimiento económico sostenido y un rápido desarrollo social sin urbanización«.
Normalmente se asume que el norte es más rico que el sur. En algunos lugares por cuestiones fiscales o históricas. Pero no siempre es así, como se ve en el caso del Reino Unido, cuyo norte es mucho más pobre.
Sin embargo, hay un elemento menos conocido y más curioso. ¿Por qué, dentro de una ciudad, el lado Este suele ser más pobre? Según Dan Zambonini, por el viento. Las corrientes de aire en el hemisferio norte normalmente van de oeste a este, y por eso las clases pudientes durante la Revolución Industrial, e incluso antes, se posicionaron estratégicamente para evitar el humo de las chimeneas.
Jared Diamond ha destacado cómo el conocimiento se transmite de forma más fluida en latitudes similares, de Este a Oeste en lugar de norte a sur. Durante mucho tiempo se asumió que las ciudades crecían mediante anillos concéntricos, con los pobres en medio.
Homer Hoyt, sin embargo, desarrolló un modelo sectorial (como un quesito de trivial) que explicaba el crecimiento en función de acceso a servicios y comunicaciones. Modelo en el que los que eligen son tanto los ricos (que se quedan lo mejor), como los pobres (que buscan la cercanía de medios de transporte públicos, por ejemplo).
En Honduras hay desde hace un par de años al menos un debate interesantísimo sobre ciudades chárter, núcleos privados que de, llegar a establecerse, contarían con un funcionamiento casi independiente.
Paul Romer estaba entre los asesores del Gobierno en el proyecto, pero se retiró por discrepancias sobre la transparencia.
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Este post es una versión ligeramente editada de la Crítica de Ideas publicada hoy domingo en Mercados, el suplemento económico del diario El Mundo.