La Crítica de Ideas de esta semana ya está en elmundo.es Se titula: «El fin de los indicadores: drogas, crimen y los límites de las estadísticas«.
Sobre los problemas conceptuales del PIB o los índices de desigualdad y algunas alternativas. Y empieza así:
«Con la economía europea recuperándose muy lentamente de una crisis devastadora, la atención de gobiernos, organismos internacionales y think tanks se centra en cuántos crecerán las economías, en la evolución del PIB. Sin embargo, al mismo tiempo y poco a poco aumentan las voces que se quejan de que el Producto Interior Bruto es una forma demasiado incompleta para calcular la situación de un país y que busca otras opciones diferentes para calcular la evolución y medir el progreso«.
El problema real es que no sabemos separar indicadores de objetivos. Como decía Goodhart: «When a measure becomes a target, it ceases to be a good measure.» (ver https://en.wikipedia.org/wiki/Goodhart's_law)
Los indicadores son útiles, ayudan a entender el contexto y la evolución del sistema. Pero cuando los convertimos en objetivos numéricos, se vuelven peligrosos. Nos centramos más en conseguir ese objetivo, que en el estado del conjunto.
En economía y tantos otros ámbitos… William Deming (experto en dinámica de sistemas organizativos que trabajó para Toyota) explica que, cuando le das a un manager (político profesional) un objetivo numérico, hará lo que sea necesario para conseguirlo. Incluso aunque tenga que llevarse por delante la empresa en el proceso.