La Navidad, para mí, es el dormitorio de casa de mis padres, una luz suave de lámpara y estar rodeado de libros.
Es pensar en mi madrina, la persona que más ha disfrutado las Navidades en la historia, la sonrisa más contagiosa, inocente y sincera del mundo, y llorar un poco.
Es hacer feliz a mamá con un abrazo y cabrear a papá picando la comida y poniéndome siempre en su contra en las discusiones.
Es tener la casa llena de gente y disfrutar estando más solo que nunca.
Son dulces, regalos y canciones.
Es arrancar año nuevo con el Himno de la Alegría.
Es escribir a los que quiero y he querido más.
Son villancicos y la mezcla justa de alegría y tristeza, de diversión y pena.
Es recortar periódicos y ordenado lo que no puede ser ordenado.
Es lamentar lo que no hice por pereza y lo que no haré por desidia.
Es la emoción que provoca una niña a capella.
Es saber que estáis ahí.
Muy Feliz Navidad a todos
Gracias, Pablo, por compartir estas reflexiones con nosotros. Muy feliz Navidad.