
Mi columna de esta semana, El retorno del rey, sobre el hijo de refugiados que estos días ha desplazado de las portadas la campaña electoral para las elecciones del domingo. Un joven que vuelve a casa para hacer historia, reunnciando al dinero y la gloria. deportiva. El gran capital, Vincent Kompany.
Las columnas anteriores, y las de todo 2018, en la sección Patio Global, las podéis encontrar en orden inveso de publicación aquí abajo.
14/05/2019 Un país en la mochila» Dos de las cosas más llamativas de Bélgica son que no hay chabolas y que los pueblos no son lo que nosotros entendemos por pueblos. Lo primero no choca porque no se ve. No te das cuenta de la diferencia hasta que llevas un tiempo viviendo por aquí y un día, en otro país, caes del guindo. Hay pobres, y una cantidad brutal de personas sin hogar, pero no hay chabolas, viviendas destartaladas. Ni, prácticamente, bloques inmensos que alojan a cientos de familias. Las diferencias, salvajes, están por dentro, pero por fuera las casas de ricos, pobres y clases medias (al menos en las ciudades) son increíblemente parecidas».
07/05/2019 Sostiene De Wever. «Bélgica se evapora. No es una consecuencia climática, ya nos gustaría. Es una cuestión filosófica, sociológica. Lo dice Bart De Wever, el líder de la N-VA flamenca, en su último libro, titulado Sobre la identidad. Su tesis, no muy original, es que Bélgica no existe. Hay «apenas algunos indicadores simbólicos» de la belgitude, como «el chocolate, los mejillones con patatas, el Atomium, los Diablos Rojos y la casa real». Pero poco más».
30/04/2019 Acto de servicio .»Una de mis fotos favoritas, y la que más ha circulado estos años en mi Whatsapp, es la de un agente de policía, impecable con su gorra, en medio de una protesta. De fondo se ven coches patrulla, antidisturbios, algún cámara de televisión, pero el protagonista es el hombre que, con un bote a presión en su mano derecha, trata de echar de la zona a un manifestante. Se palpa el movimiento, la acción, el intento del joven de esquivar el chorro que le golpea. Y se ve, por encima de todo, el imperial gofre a medio comer en la mano izquierda del impasible agente. Qué manos, qué fuerza. Como diría el difunto R. Lee Ermey en La chaqueta metálica, «una da tiros y la otra consuela».
23/04/2019 Huevos y gallinas. «El otro día, volviendo a casa, vi algo muy sospechoso. Un grupo de críos, inquietantemente silenciosos y concentrados, registraban una zona de arbustos en el Parque del Cincuentenario. Rastreaban de forma coordinada, sin levantar la cabeza del suelo. Uno, prematuro cascarrabias, pensó en drogas o pokemon, pero como sus seis años de media sugerían que era algo excesivo para lo primero, y no estamos en 2016 para lo segundo, quedé en observación. Era todo mucho más inocente, tradicional y sano: cazaban huevos de pascua«.
16/04/2019 Buenos y malos. «Hace unos meses, un ladrón abrió mi coche. Revolvió la guantera pero no sé llevó gran cosa, apenas una bolsa de deporte con ropa de deporte sin valor. Tuve bastante suerte: si en lugar de ser un ladrón hubiera sido la policía, el coste hubiera sido mucho más alto. Resulta que buenos y malos tienen una afición común: pasean por las aceras dándole a la cerradura. Si los primeros en encontrar un coche sin pestillo son los amigos de lo ajeno, arrasan con lo que pueden. Si se adelantan los agentes, la multa que te llega es de 58 euros».
09/0472019 La capital. «Bruselas no tiene quien le escriba. De Londres, París o Roma lo sabemos todo porque hay películas que las inmortalizan, extraordinarias novelas, fotos legendarias. Pero de Bruselas no. Hasta las grandes plumas, como Amélie Nothomb, se han convertido en estrellas describiendo locuras distantes y exóticas. Es comprensible que sin el glamour de sus vecinas Bruselas no inspire derroches estéticos, pero es curioso que la ciudad de la OTAN y las instituciones europeas, con espías chinos y rusos por todas partes y cientos de diplomáticos, no dé siquiera para thrillers».
02/04/2019 Manual de resistencia. «Antes de mudarse, el gran error que comete todo español es pensar que cruzar los Pirineos es llegar a Europa. Mentira, Europa no existe. Esa fantasía pseudo-orteguiana en la que el sur es el problema y el norte la solución, en la que políticos y servicios públicos son mejores en función de la latitud, cualquier vecino habla seis idiomas y todo procedimiento administrativo se hace en dos clicks ha hecho más daño que la nocilla blanca, la colifor y Amelie juntas».
26/03/19 Caídos por la patria. Tras una larga carrera llena de victorias, fama y reconocimiento, Armando, como otras leyendas del deporte, va a dar el salto a China. Allí tiene admiradores y un millonario que ha pagado los 1.252.000 euros de su cláusula de rescisión. Es una historia razonablemente habitual, salvo por un pequeño detalle: Armando es una paloma.
19/03/19 Pavé. Cada mes de marzo Bélgica se parte en dos. En ese momento, los extranjeros empiezan a mirar al cielo con cara de súplica mientras que los locales miran al suelo en busca de gloria. Primavera, aquí, quiere decir clásicas. Quiere decir Flecha Valona, Lieja-Bastón-Lieja, Gante-Wevelgem. Quiere decir, épica, sufrimiento, dolor y agujetas. Quiere decir pavé.
12/03/19 Reír y llorar. Esa combinación y ese contraste son para mí Bélgica. Dos lados que coexisten pero nunca llegan a juntarse. Ríen y lloran, a veces por lo mismo, a veces juntos incluso, pero se alejan paso a paso sin que puedan o sepan evitarlo. Con más indiferencia que rechazo. Donde nadie parece pensar mucho ni en el pasado ni en el futuro y se limitan a vivir, como pueden, el presente.
5/03/19 La familia. París es la ciudad del amor. Venecia, la de los canales. Oslo, la de los atracos a mano armada en cualquier bar, cafetería o restaurante. Y Bruselas, ay Bruselas, es la ciudad del adiós. Dicen que todos los caminos llevan a Roma, pero es mentira, todos desembocan aquí (..) No es fácil asumir que estás, o eres, lugar de paso. Aquí, donde primero lloras abrumado y luego pides más. Donde creces (personal y profesionalmente) como en ningún otro lugar, por el ambiente, por el nivel, por la camaradería y la competición. Donde aprendes, te enamoras y te vacías. Las estancias son temporales, lo sabes desde el primer instante, pero aun así o quizás por eso mismo, la sensación de pertenencia, de tribu, de familia, es más fuerte. Como Gran Hermano pero sin edredones y con Cumbres hasta el amanecer. Nunca quise venir, no lo cambiaría por nada.
26/02/19 Los 27. Llegaron a ser miles, pero hoy quedan apenas 27. La ocupación nazi de Bélgica es una de las fases más oscuras, incómodas y evitadas de la historia del país. Por lo que ocurrió, por los que murieron y por los que colaboraron. Hasta 80.000 nacionales se volcaron con los invasores, y sus esfuerzos siguen siendo bien recompensados.
19/02/19 Antitapas. Hay dos grandes juicios que se repiten sobre Bruselas: que es una ciudad gris de tiempo horrible y un lugar muy aburrido. La primera es dolorosamente cierta, la segunda increíblemente falsa.
12/02/19 Al ralentí. Decía Golda Meir que la paz en Oriente Medio llegaría cuando los árabes amasen a sus hijos más de lo que odiaban a los israelíes. Algo así se podría decir de los belgas: la paz social llegará el día en el que amen las conquistas sociales más, aunque sea sólo un poquito más, de lo que adoran las huelgas generales.
05/02/19 Jalea de arándanos. Cometieron un error. Hasta la semana pasada, los chalecos amarillos eran una cosa ya testimonial en Bélgica. Lejos del poder de convocatoria de sus colegas galos, de su violencia, de los linchamientos a la prensa y la deriva antisemita o bolivariana. Hacía mucho que no hacían ruido, ocupados ya en otras batallas, pero el sábado volvieron y cometieron un error: bloquearon la entrada del Ikea de Anderlecht.
29/01/19 Menos es más. A los belgas les gustan las cosas pequeñas. Hasta ahí, nada que objetar, yo respeto mucho las preferencias, parafilias y tradiciones. Lo que es digno de estudio, y de aplauso probablemente, es que hayan logrado convencer a millones de personas de que sus atracciones diminutas son dignas de interés. De que “menos es más”, como popularizó Mies van der Rohe.
22/01/19 Oxígeno político. Al principio pensé que era la maquetación. Luego algo me sugirió que tenía que ser la tipografía, pero tampoco. Después de un rato, de mirar también la competencia, no era capaz de encontrar el problema, aunque algo no era normal. Al final, caí en la cuenta: no había política en la portada del periódico.
15/01/19 La reconquista. En Francia, quien quería ser presidente de la República solía poner los ojos primero en la Alcaldía de París, al modo de Chirac. En España tienes que ser el jefe del partido. En Bélgica, da totalmente igual o al menos lo parece. La N-VA, el partido nacionalista (e independentista flamenco), la fuerza más votada de lejos, anunció ayer su lista de candidatos y para un observador mediterráneo resulta curioso.
08/01 Libros, brunchs y sofrología. En 2008, en Bélgica había 4.219 librerías. En 2017, quedaban 3.095. Según los números del sindicato SIN, tres locales cierran cada semana en el país. Ojo, es una definición muy laxa de librería, casi al nivel de calificar de chocolate a la taza el brebaje líquido y sin alma que te ofrecen en las pastelerías pijas del mundo francófono. (…) Me preocupa que a este ritmo de traspasos cualquier día acabamos como en El Ejido. La cosa es que como ya tenemos una ultraderecha más que asentada, el absurdo apocalíptico que nos tendremos que inventar para intentar darle sentido a la realidad va a tener que ser más rebuscado.
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