Desde 1977, más de 30 empresas del sector del papel se han repartido el mercado de sobres, fijando precios, manipulando licitaciones y boicoteando a las «forasteras» que no formaban parte de su «club». Hasta ayer, cuando Competencia impuso multas por valor de 44 millones de euros a 15 de ellas «por formar y mantener un cártel» anticompetitivo y «dañino».

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Los integrantes del cártel se llamaban a sí mismos «el grupo» y hablaban del «puchero común». Pidieron presupuesto a Arthur Andersen y a Deloitte para asesoría sobre cómo profesionalizar su engaño. Pero los rechazaron por caros. Al final, Competencia cree probado que contrataron a PWC para auditar cuentas. Libre mercado en su máxima expresión.