• Cosas belgas
  • Qué leo
  • Sobre mí

Maven Trap

~ Economía, RRII, periodismo

Maven Trap

Archivos mensuales: febrero 2016

¿En qué has cambiado de idea?

21 domingo Feb 2016

Posted by suanzes in Uncategorized

≈ 9 comentarios

Desde hace muchos años, mi blog de referencia es Marginal Revolution, gestionado por Tyler Cowen (sobre todo) y Alex Tabarrok (bastante menos), dos profesores de economía de la George Mason University.

Cowen es un tipo fascinante. Campeón estatal de ajedrez de New Jersey a los 15 años, lector voraz, doctor en Economía por Harvard, escritor compulsivo (15 libros y decenas de artículos), microbloguero diario, ensayista, columnista en las principales publicaciones norteamericanas. Y cada vez más, una figura en el debate público.

En 2004 una lectora de su blog le escribió (yo en los últimos años le he escrito muchas veces y siempre me ha respondido en cuestión de horas) diciéndole que tenía toda pinta de ser autista o algún tipo de Asperger (como ella misma). Al principio él se lo tomó mal. Pero con esa capacidad de trabajo y síntesis que tiene se dedicó a leer, aprender y estudiar el tema y acabó autodiagnosticándose un «autistic cognitive style», aunque nunca buscó a un profesional para corroborarlo.

En vez de eso, escribió un libro sobre la capacidad de analizar y clasificar cosas de los autistas y una visión personal de la economía: Create Your Own Economy: The Path to Prosperity in a Disordered World

Cowen tiene una capacidad de asimilación de información descomunal, no parece humana. Pero para mí, lo más llamativo no son sus conocimientos, su trabajo o sus intereses. Lo que hace de Cowen un personaje excepcional son sus preguntas.

He entrevistado a decenas o cientos de personas en mi mi vida. A muchos economistas de talla mundial, incluyendo muchos Premios Nobel. Los hay hay mediocres, normales, buenos, buenísimos, genios. Pero normalmente valoramos, juzgamos, por la calidad de sus respuestas y la profundidad de sus conocimientos. Por su talento para predecir o su capacidad de explicar.

Cowen es extraordinario en el nivel siguiente, el que para mí de verdad distingue a los buenos de los mejores, a los pensadores de verdad, los que se salen de la caja. Cowen es uno de los que ‘crea’ las preguntas, que es capaz de imaginar escenarios completamente diferentes, el que rompe con las categorías con las que nos hemos criado y educado.

Es verdad que el mundo anglosajón tiene esa capacidad de buscar alternativas, nuevos escenarios. Es allí donde encuentras libros sobre qué hacer en caso de un Apocalipsis zombie, una guerra nuclear, si eres el último ser humano vivo, cómo sobrevivir a una gran catástrofe, etc . Desde fuera muchas veces nos reímos de esas ocurrencias, pero la profundidad que hay detrás de ese approach es esencial. Es prepararse para la imposible y estar listos para lo improbable.

Hoy, en un gran post, Cowen se pregunta lo siguiente: «Given that Trump is winning, which other views should we update?«.

Es muy clarito: durante mucho tiempo hemos tratado con desdén la posibilidad de que alguien como Trump llegara a donde está (sí lo sé, hay mucha gente que seguro que lo vio venir, lo avisó o se alegra, pero seguramente podremos coincidir en que la mayoría consideraba(mos)  inverosímil que alguien como él, con una campaña como la que ha hecho en 2016 y las afirmaciones que ha hecho una detrás de otra pueda ser el candidato Republicano).

Cowen, en lugar de quedarse en el debate manido, presenta un enfoque interesante: ¿en qué más estábamos equivocados? ¿Qué más debemos replantearnos? Porque podemos tratar de ajustar la realidad a nuestro esquema o asumir que el marco en el que nos movemos quizás no era correcto, nos guste o no. Y eso no tiene que empujar a recalibrar.

A principios de año escribió otro post: What caught my attention in 2015. Con reflexiones de todo tipo, desde que la Quinta temporada de Homeland ha sido magnífica (porque lo ha sido), al curling, a los deportistas que más le han interesado pasando por la deriva antiliberal de los países de Europa del Este o las zonas más interesantes de China para visitar.

Lo importante no es que lleve razón o no, sino sentarse a pensar en algo así. En qué ha sido lo más llamativo para nosotros de 2015, qué reflexiones sacamos, qué nos ha gustado y qué nos ha asustado, qué nos ha sorprendido y qué no. Eso obliga a saber dónde estábamos, que pensábamos, por qué. A cuestionar la fuente de nuestras certezas o de nuestras impresiones más vagas.

Mi ejemplo favorito de Cowen es quizás del año pasado, una pregunta que me hice entonces y me hago cada enero. ¿En qué he cambiado de opinión?

No es fácil, verdad. ¿De qué tema estabas completamente seguro y has modificado tu posición? ¿Qué creencia, sólida o semisólida, has dejado atrás en los últimos 12 meses? ¿Y por qué? ¿Deducción, inducción, una experiencia personal?

El pasado marzo Stephen Waltz tenía un artículo estupendo con más horquilla: I changed my mind, con temas de lo más dispares: desde la capacidad de transformación de las ciencias sociales hasta el poder del análisis cuantitativo, pasando por la política exterior de EEUU en numerosos campos.

Responder preguntas es muy necesario. Si tengo que elegir, intuitivamente, prefiero al que tiene respuestas que al que no. Pero hacer preguntas, descubrir que necesitamos hacer preguntas, es lo que cambia el mundo.

Hay gente muy buena respondiendo, pero hay poquísimos capaces de descubrir o crear las preguntas. Llevo desde diciembre de 2014 dándole vueltas al asunto. Cuando estoy frustrado me digo que hace falta tiempo, o un trabajo como profesor de Universidad para algo así. Busco excusas. Me digo que mi cerebro era muchísimo más rápido, activo, cuando era estudiante.

Hace una década podía leer más rápido, discutir con los profesores y tirarme horas y horas de tertulia sobre temas de una enorme abstracción. Hoy no puedo. La última década, mi trabajo, han cambiado totalmente la forma de procesar información de mi cerebro y la forma de darle salida. Produzco cosas muy concretas, tangibles, pero he perdido la capacidad de abstracción, de evasión, de mezclar, de llevar la filosofía a la historia y la lingüística a la política. De sentarme a pensar cuántos de los objetos que ahora usamos diariamente serán imprescindibles dentro de 10 años y cuántos recordaremos dentro de 20. De tratar de imaginar cuántos países habrán dejado de existir y cuántos nacerán en el próximo cuarto de siglos. De quiénes son los líderes mundiales que de verdad tienen impacto y de qué escritores que hoy vemos como menores serán reverenciados en el siglo XXII.

 

En los últimos dos años he cambiado de opinión en muy pocas cosas. Me he vuelto más tolerante (hacia el karaoke, por ejemplo), más abierto (en gastronomía), más humilde (en la contundencia de mis opiniones), menos agresivo (en las discusiones), más cobarde (en las críticas personales a los que sé que me leen en temas no profesionales), más receptivo (en las escalas de grises).

En algunos temas no he cambiado sustancialmente de opinión, pero me he dado cuenta de que no le dedicaba la atención, la importancia o la ponderación que merecen. Por ejemplo, al efecto de la desigualdad en las sociedades modernas. El machismo y lo que los hombres tenemos que hacer. La parálisis de la UE. Los enemigos (internos) del periodismo.

Leer a Cowen me deja muchas veces chafado, impotente, insignificante. Me hace ver que estoy siendo tremendamente perezoso y sin motivo, que no necesito bibliotecas, recursos ni más tiempo libre del que ahora tengo para cambiar radicalmente mi forma de entender el mundo. Pero al mismo tiempo, su blog me ayuda a darme cuenta de que salirse de la senda cotidiana es en realidad posible, me ayuda a saber que estoy en una senda y cuáles son los limites. Me anima a seguir buscando.

A un blog se le puede pedir muchas cosas más. Marginal Revolution me da todo eso gratis. Cada día.

After sleeping through a hundred million centuries we have finally opened our eyes on a sumptuous planet, sparkling with color, bountiful with life. Within decades we must close our eyes again. Isn’t it a noble, an enlightened way of spending our brief time in the sun, to work at understanding the universe and how we have come to wake up in it? This is how I answer when I am asked—as I am surprisingly often—why I bother to get up in the mornings.

Richard Dawkins

Anuncio publicitario

Lecturas de Domingo

21 domingo Feb 2016

Posted by suanzes in Lecturas de domingo, Uncategorized

≈ Deja un comentario

Esta semana Brexit no me ha dejado mucho tiempo libre, así que sólo dejo unos pocos enlaces. Buen domingo a todos.

– En The New Yorker un reportaje fantástico, brutal de Nicola Twilley: Gravitational Waves Exist: The Inside Story of How Scientists Finally Found Them.

– En la London Review of Books de noviembre (ya, lo sé, pero no he tenido tiempo hasta ahora de ponerme al día) hay un artículo maravilloso sobre Alma Mahler. Admito que empecé  a leerlo pensando que tras tres párrafos iba a pasar a algo que de verdad me interesara, y más con un título tan vago como She gives me partridges.  Antes de acabarlo ya había comprado el libro que reseña. Un texto estupendo que refleja los puntos oscuros de un personaje fascinante, poderoso, viuda de uno de los compositores más grandes. De una antisemita que se casó con dos judíos y marcó la escena cultural de una generación.

– En la misma LRB de noviembre, un ensayo necesario: ‘I’m a petitioner – open fire!’, de Chaohua Wang sobre la Justicia y el sistema legal en China. Una relato apasionante sobre la falta de garantías, el control estatal, las persecuciones y decisiones arbitrarias a través del caso de los petitioners, los que reclaman ante injusticias flagrantes y el grupo reducido de luchadores por las libertades que se juegan el tipo cada día. Con un Podcast incluido, por si alguien prefiere escucharlo.

– I Couldn’t Decide If We Should Live or Die. Like many in the West African country of Niger, I was married and pregnant by 14. And then I began to bleed. By Fati Yayaha (as told to Jennifer Koons). Los pensamientos de una niña obligada a crecer deprisa y que, de golpe, encuentra, quizás, su lugar en el mundo.

– Gonzalo Ugidos en Crónica de El Mundo: Verdún: La batalla que volvió locos a los hombres.

– En The New York Times: Death, the Prosperity Gospel and Me. Some Christians believe that God rewards the faithful. So why did she get Stage 4 cancer?

– Iñako Díaz-Guerra entrevista a Gerard Piqué para Papel.

 – En The Guardian, algo simpatico: «The tale of Kunkush the cat, who became separated from his family when they fled Iraq«. No es un artículo, sino un vídeo, pero tiene final feliz.

Schuldenabbau, ach wo!

18 jueves Feb 2016

Posted by suanzes in Periodismo, Uncategorized

≈ Deja un comentario

Hace unos días, los compañeros de Die Zeit, el semanario alemán, me pidieron un artículo sobre España y la polémica sobre el déficit. Les llegó el debate que había en España y querían saber algo más sobre la posición del Gobierno y, sobre todo, de Pedro Sánchez y Ciudadanos en el cumplimiento de los objetivos pactados con la UE.

Ya puesto, me decían, algo que combinara eso con la situación de bloqueo político y la incapacidad de formar gobierno. Sazonado con la lucha por la «flexibilidad» que se vive en Bruselas cadad día, con la presión francesa, italiana, portuguesa y hasta austriaca.

El resultado es éste: Schuldenabbau, ach wo!

Suscripciones para 2016

16 martes Feb 2016

Posted by suanzes in Periodismo, Uncategorized

≈ 6 comentarios

Hace un par de años, al empezar el curso, escribí sobre las suscripciones a publicaciones que tenía, iba a renovar o abandonar. Voy a repetir el mismo ejercicio con un poco de perspectiva. Y quizás con algo más de explicación. Las reflexiones de entonces las mantengo: no me da tiempo a leer ni una mínima fracción, pero hay que pagar para que puedan seguir haciéndolo.

The New York Times (online). Llevo ya tres años, si no recuerdo mal, y no puede estar más contento. Es el mejor periódico del mundo, de lejos. Por filosofía, por sus intereses, por enfoque y por los medios. Más de 1.000 periodistas, decenas de corresponsalías con muchas manos, ambición, reflejos, capacidad de reacción, de enviar a un equipo inmenso a cubrir un tema o de liberar a efectivos para meses de trabajo. Cubre todo lo que me interesa, desde política nacional a internacional pasando por ciencia, deportes y obituarios. Pago al mes 19,07 euros por el acceso en ordenador y en tablet, y da acceso a hemeroteca y al Times Machine. Simplemente espectacular. La primera recomendación.

The Economist (papel y online). Están en todo, siempre. Análisis cuidado de la política de Indonesia, las ondas gravitacionales, las razones económicas del color de un iglú o el sistema fiscal de Sri Lanka (de verdad). Muchas veces, leyendo lo que escriben de España, me ha parecido superficial, pero rara vez he visto algo que me pareciera equivocado, exagerado o inaceptablemente parcial. Son 225 euros al año con la entrega semanal en el buzón.

The New York Review of Books. (papel y online)  Llevo años leyendo sus largos ensayos pero todavía no me había suscrito en papel. Está todo. Oliver Sacks, isaiah Berlin, Trevor Rooper, Mark Lila, Buruma, Hitchens, Tony Judt, Arendt, Vidal. Todos. Era de justicia recompensar en la medida de lo posible. 107,39 euros por un año y 20 números.

Financial Times (papel y online). Es la Biblia si estás en Bruselas. Son los que sacan prácticamente todos los scoops, los que se enteran de todo y ponen las manos en los documentos antes que el resto. Y la edición de los fines de semana es estupenda. Hay una oferta de tres meses, con el ejemplar en papel cada mañana en el buzón, por 50 euros.

Ahora (papel y online). Una de las mejores sorpresas de los últimos meses, si es que algo dirigido por Ramón González Ferriz puede sorprendernos que sea bueno. Los últimos números, y apenas llevan dos decenas, son magníficos. Análisis reposado, sin prisa, cuidado. Buscando siempre gente que conozca los temas. Desde los debates en la física moderna al estado de Grecia pasando por las crisis de la UE o el futuro de un gobierno de coalición. Muchísimas firmas nuevas, aportando aire fresco. Apenas 120 euros por el ejemplar cada semana en casa. Llega al kiosko el viernes y a mi casa en Bruselas en lunes por la mañana.

Letras Libres (papel y online). Era estupenda con Ramón al frente y ahora con Daniel Gascón casi mejor, si me permiten. Nivel altísimo, entrevistas largas a historiadores y ensayistas, los análisis de Dudda, artículos de jóvenes académicos españoles y de periodistas atrevidos. Buenísima.

The Browser (online). Un agregador fantástico. Cada día (o semana o cuando prefieras) te envían una newsletter con los mejores artículos (en inglés) que encuentran. De publicaciones de todo el mundo. Ensayos, long features, análisis, reflexiones, columnas literarias. No son noticias, sino artículos cuidados, lecturas de domingo. Son gente de fiar, no piratas. Ponen enlaces a los sitios originales, buscan publicaciones abiertas e incluso han firmado contratos con Financial Times, The Economist o Foreign Affairs para poder compartir el contenido de artículos concretos a sus propios suscriptores. The Browser ha perdido dinero todos y cada uno de los ejercicios desde 2008, pero merece mucho la pena. Y cuesta apenas 20 dólares al año.

The New Yorker (online). No tengo mucho que decir que no sepáis. Me paso el día leyendo sus artículos largos, de ciencia, ajedrez, ping pong. Sobre la Guerra Fría, política americana, poetas de los que nunca habías oído hablar. Perfiles larguísimos. El contenido más trabajado y cuidado que conozco. Esencial. No da tiempo a leer un 5% de lo que publican, pero da completamente igual. Ahora tienen una oferta de 12 euros por 12 semanas.

Le Soir. Bueno, vivo en Bélgica, de algo de lo que pasa aquí me tengo que enterar, y mi flamenco es más bien escaso. No es la mejor suscripción que haya hecho, y cuando acabe creo que voy a probar con La Libre Belgique. Al menos hay acceso a la hemeroteca y puedo buscar antecedentes cuando algo pasa.

Politikon. (online) Vale, no es exactamente un medio, pero para entender nuestro mundo son de ayuda excepcional. Son amigos, así que no soy objetivo del todo. Pero son amigos porque los leo, no al revés. Me interesa lo que aportar y tienen algunas de las contribuciones más frescas e incisivas del panorama nacional. Tienen sus trabajos, pero necesitan recursos para poder seguir escribiendo, publicando, haciendo actos y teniendo libertad. Así que dona.

Revista 5W (online y papel) Obviamente aquí, como uno de sus fundadores, soy parte interesada. Pero se puede decir que estoy suscrito y que tengo motivos más que suficientes para recomendarla. En apenas unos días empezaremos la distribución del número de papel. No es exactamente una revista, sino más bien un libro. La edición es absolutamente espectacular. Os va a encantar, os lo aseguro. La idea de Revista 5w es dar salida al tipo de reportajes que nos gusta leer, pero que habitualmente leemos sólo en inglés o francés. Y el tipo de fotos y vídeos que disfrutamos, con fotoperiodistas que están entre los mejores del mundo, pero que sólo vemos en las grandes publicaciones internacionales. 5W es una revista en español, sobre todo con periodistas hispanoparlantes. Con historias, historias, historias. Largas y cortas. De todo el mundo, incluyendo (o casi especialmente) las que quedan más apagadas y perdidas. Pagando lo mejor que podemos y buscando reporteros que nos quieran escribir (lo que está siendo bastante más complicado de lo que pensábamos). Por apenas 60 euros al año te puedes hacer socio, con acceso al contenido de la web, a la newsletter y a la revista en papel, que te mandamos a casa. En buena medida, hacerse socios es hacer una apuesta. Estamos, estoy, de acuerdo en que hay que pagar por el contenido que te gusta, y aquí pedimos que pagues para poder hacer un contenido que esperemos que te guste. En la web ahora mismo hay unas cuantas historias que sirven de brújula sobre lo que queremos y lo que podríamos hacer con los recursos suficientes. Si te gusta, te esperamos con los brazos abiertos.

El Mundo. (papel y online) De nuevo hago una pequeña trampa, por razones más que obvias. Los medios estamos jodidos. No sabemos cómo ganar dinero con nuestro trabajo. Hacer un periódico es brutalmente caro, extremadamente difícil y cada día metemos la pata 100 veces. Pero creo honestamente que somos necesarios. Si esto que vemos y vivimos cada día es malo no puedo imaginar cómo sería sin medios tratando de contarlo. ¿Lo hacemos bien? No lo suficiente, es verdad. Hay muchas explicaciones, mucho contexto y pocas excusas. Pero vuelve a ocurrir con lo que decía para 5W. Si nos sentamos como sociedades a esperar a que de la nada salgan medios con recursos para cubrirlo todo y de manera brillante estamos apañados. Que haya medios (me da igual el formato) más pequeños, centrados en algunos aspectos concretos, es magnífico. Cuantos más, mejor. Más diversidad, más profundidad, más presión y movimiento.  Pero para poder llegar a todo, y creo honestamente que es fundamental llegar a todo lo mejor posible, hacen falta recursos. Muchos. Une quipo de investigación, de datos, reporteros, periodistas de la vieja escuela, SEO, gestores, jefes. Tener un corresponsal en Bruselas, en Washington, en Londres, París, Moscú, Berlín, Jerusalén, El Caido, Pekín o Rabat es o debería ser esencial. Y es carísimo, muchas decenas de miles de euros cada año.

Ahora vamos a un modelo de colaboradores, en casa y fuera. Quizás es inevitable, pero nos arrepentiremos. A mí me gusta El Mundo. No todo lo que hacemos, no todo lo que no hacemos. Cada día discrepo con decenas de páginas, columnas, análisis o reportajes. Pero el conjunto me gusta. Puede ser mucho mejor, pero para eso nos hace falta confianza. Entiendo que es complicado pagar por información, por muchos motivos. Entiendo que es duro pagar por algo que no te gusta al 100%, o por un periódico que tiene a un columnista o un corresponsal que detestas. Pero es necesario. Puedes pensar que es problema nuestro, y llevarás razón. Puedes creer que debemos encontrar la fórmula y entonces llamarte, y probablemente vuelvas a llevar razón. A lo mejor estés pensando que pedimos una confianza que no merecemos y una ayuda que no nos estamos ganando. Quizás. Pero viendo las alternativas, conociendo desde dentro el esfuerzo que lleva este trabajo, no veo mejor opción que pedirte que colabores. Que compres periódicos, pagues suscripciones y hagas una apuesta. No lo leerás todo. No te gustará todo. Pero por poco que hagas, puedes cambiar la forma en la que te contamos el mundo. Exige como lector, como suscriptor, como abonado. Pide más calidad, protesta por lo que no te guste, sugiere lo que te gustaría ver y a quién te gustaría leer. Pero paga

Volviendo al tema, creo que no me olvido de ninguna suscripción, pero no lo puedo descartar. Mis únicas dudas ahora mismo para 2016 son con The London Review of Books y el Times Literary Supplement. Son magníficos, pero no me da la vida para mucho más. Los ensayos de la LRB los estoy ahora leyendo en diferido y lo recomiendo a todo el mundo, pero voy a probar la de Nueva York y en unos meses decido.

Si tienes alguna recomendación concreta es más que bienvenida.

Scalia (1936-2016)

15 lunes Feb 2016

Posted by suanzes in Uncategorized

≈ 2 comentarios

scalia pipa Lana Harris/Associated Press

Pasé el verano de 2005 haciendo unos cursos de Ciencias Políticas en una universidad norteamericana. Las asignaturas, de nombres neutros y genéricos como Introduction to American Politics y American Political Theory,  escondían cargas de profundidad y mucho trabajo. Mucho más del que tuve nunca en Madrid.

En una de esas clases nos pedían un ensayo semanal. Un paper corto, de máximo cinco páginas. Cada vez con una temática diferente: un bosquejo de algún miembro poco conocido del Congreso, un análisis de la génesis de una ley polémica, una reflexión sobre el impacto de un acontecimiento histórico sobre el sistema político o un ensayo sobre un magistrado del Supremo. Mi elección de ese verano, para este último paper, fue el juez Antonin Scalia, que murió el sábado a los 79 años.

¿Por qué Scalia? Seguramente por el impacto de Supreme Confidence. The jurisprudence of Justice Antonin Scalia, el brutal perfil que Margaret Talbot publicó en The New Yorker pocos meses antes. Por su peso, su carácter. Porque a veces, como ha escrito un biógrafo suyo, el Supremo parecía el tribunal de un solo hombre.

El Tribunal Supremo norteamericano siempre ha ejercido una poderosa atracción. Una institución casi hermética en muchas cosas y tan abierta y transparente en otras. Supongo que, como tantos otros, yo llegué a ella, a su relevancia, a través de Oliver Wendell Holmes. Y probablemente llegué a Wendell Holmes a través de esa maravilla de libro que es El club de los metafísicos, de Louis Menand, que la relata la época de los John Fiske, Francis Ellingwood Abbot, Charles Peirce, Nicholas St. John Green y desde luego William James.

En ese curso de verano leí en profundidad sobre el Supremo, sobre la importancia dentro del sistema político norteamericano, sobre los debates del Senado. Sobre cómo en 1803 John Marshall, presidente del Tribunal, en un gesto histórico, convirtió la disputa entre el nuevo vicepresidente del país (Madison) y un juez nombrado por el Gobierno saliente de John Adams (Marbury), en una forma astuta de convertir al Supremo, tribunal de última instancia, también en Tribunal Constitucional.

En 2005 Scalia llevaba casi 20 años como juez del Supremo, y era, intelectualmente, el más interesante y estimulante de todos los magistrados. Fue nombrado por Reagan y era la figura más poderosa del originalismo, que, muy simplificado, es una teoría y una forma de analizar la Constitución, y en consecuencia de ejercer como magistrado, sobre el significado original de la Carta Magna. Sobre lo que pone y lo que quisieron hacer los redactores. Para bien o para mal. ¿Algo está obsoleto porque han pasado dos siglos y medios? Pues quizás, pero si quieren que yo interprete la Constitución de otra manera, cambiénla. Hasta entonces, decidiremos con lo que hay, venía a decir.

«Words do have a limited range of meaning, and no interpretation that goes beyond that range is permissible», una frase que resume perfectamente su cosmovisión legal.

supreme courtEsta foto la hice en una de las visitas al Supremo, hace cuatro años.

Hay una enorme, inabarcable, bibliografía para entender el Supremo y a Scalia. En 2008, Jeffrey Toobin publicó The Nine: Inside the Secret World of the Supreme Court, que es un relato magnífico e interesantísimo. Una aproximación idea para los que no somos expertos ni abogados. Un trabajo periodístico de primer nivel, incluso mejor que el entretenidísimo The Brethren: Inside the Supreme Court, de Woodward y Scott Armstrong. De obligada lectura para entender la institución y sus tentáculos. Su independencia y todas sus dependencias.

Piensen en el Supremo como un órgano indispensable, formado por nueve magistrados con cargo vitalicio. Los nombra el presidente del país, pero deben recibir la aprobación del Senado. Y por eso las batallas han sido, son y serán feroces. Obama ha dejado claro que pese a estar en sus últimos meses va a hacer un nombramiento, pero el control del Senado no es Demócrata así que va a tener serios problemas para obtener luz verde a un candidato. Pero una vez elegidos, ya no responden ante nadie. No son cesados, ni reciben presiones políticas. Y aunque las reciban, no sirve de nada. Cuando toca decidir si una ley es constitucional o no (desde la pena de muerte al aborto pasando por el derecho a portar armas o el matrimonio homosexual), todo queda en última instancia en las manos de esas nueve personas. Un poder inmenso.

Irónicamente, y a pesar de sus probadas credenciales conservadoras, el senado votó 98-0 a favor de Scalia en el 86. De hecho, un más joven Joe Biden, ahora vicepresidente de Obama y entonces responsable del Comité Judicial del senado, afirmó en 1993, duante las audiciencias para la confirmación de Ruth Bade Ginsburg, la candidata de Clinton para una vacante abierta, lo siguiente: «the vote that I most regret of all 15,000 votes I have cast as a senator” was “to confirm Judge Scalia” — “because he was so effective».

Elegir un candidato (cuando mueren o se jubilan) es una oportunidad que todo presidente trata de aprovechar al máximo, porque puede romper o cambiar un equilibrio entre las fuerzas ‘progresistas y conservadoras’, si me permiten la frivolidad.

Un ejemplo: hasta la muerte de Scalia el tribunal lo formaban él mismo (conservador, nombrado por Reagan), Clarence Thomas (conservador, George H. W. Bush  ), John Roberts (conservador, George W. Bush), Samuel Alito (conservador, George W. Bush), Ruth Bader Ginsburg (progresista, Clinton), Stephen Breyer (progresista, Clinton), Sonia Sotomayor (progresista, Obama), Elena Kagan (progresistta, Obama) y Anthony Kennedy, nombrado por Reagan y que es el swing vote en buena parte de las decisiones de 5 vs 4, alineándose a un lado u otro dependiendo del caso.

En la práctica, cuatro a un lado, cuatro al otro y uno, como en el pasado Sandra Day O’Connon, oscilando y siendo el elemento clave.  Llevando la reducción casi hasta el absurdo, el aborto es siempre el elefante en la habitación. Roe v. Wade es EL CASO, lo que siempre planea de fondo al nombrar jueces y debatir. Después, armas, derechos civiles y financiación de partidos.

Obama lo tiene complicado, pero mirando los datos desde el año 1900, cuando le toca a un presidente hacer un nombramiento en año electoral, pese a todo, lo suele acabar logrando.

Toobin,  periodista de The New Yorker, escribió el domingo sobre cómo Scalia cambió para siempre el tribunal: How Scalia Changed the Supreme Court.Lo pone al nivel de Marshall, Wendell Holmes o Brennan. Explica cómo cuando llegó en 1986 la corriente dominante de interpretación constitucional era la living Constitution y cómo él logró meter el originalismo y reforzarlo.

Scalia fue mucho más importante por sus opiniones en solitario, discrepando, que en las mayorías. El célebre y siempre interesante juez Posner es igual de tajante: «(…)Scalia, because he is a “character.” He is also the most influential justice of the last quarter-century, his influence ramifying far outside the Court; but that is not the basis of his media celebrity».

Es cierto, dice Toobin, que Scalia nunca logró la mayoría que ansiaba en los temas que más le podían preocupar, como el aborto o poner más limites o terminar con la affirmative action. Pero su enorme presencial intelectual sirvió para que el textualismo sea ahora algo asumido por muchos magistrados. Así como el originalismo es polémico y marginal en la Corte, al menos ahora, el textualismo, en el sentido de que «al interpretación la Ley, el Tribunal no debería mirar a la historia legislativa o las ‘intenciones’ de los legisladores, sino a las palabras de la ley y nada más», no.

Scalia, brillante alumno y respetado profesor, era conservador y un devoto católico «and being a devout Catholic means you have children when God gives them to you, and you raise them». Y por eso tuvo nueve. Sus opiniones en general dan muestra de ello y nunca se escondió: «“I don’t like scruffy, bearded, sandal-wearing people who go around burning the United States flag. He is a very conservative fellow», decía de sí mismo en tercera persona.

De la vieja escuela, religioso, amigo de Republicanos como Dick Chenney. Tenía sus ideas políticas clarísimas y nadie podía llevarse a engaño, tras trabajar en las administraciones de Nixon y Ford. Un historial, una ideología y unas preferencias que no le impidieron, por mucho que le doliera, votar en 1989 en contra de criminalizar la quema de la bandera del país, algo que veía como claramente protegido por la Primera Enmienda. O ponerse de parte de los acusados cuando hay dudas en la redacción de un texto.

Adam Liptak (ojo a Liptak y su carrera antes de empezar a cubrir el Tribunal Supremo) ha escrito su obituario en The New York Times, del que he sacado algunas de las citas anteriores.

Scalia sabía ser agresivo, incisivo, hiriente, faltón. En sus comentarios y en las sentencias. Sobre sus rivales y sus potenciales aliados, sin morderse la lengua. Cuando escribía las opiniones de la mayoría o cuando publicaba su voto separado en minoría. Era arrogante y complicado. Feroz con los cercanos pero amable con los becarios. También era divertido, el más divertido de todos los jueces, según un estudio académico que midió el número de carcajadas durante las audiencias orales.

Scalia estaba más pendiente más de las ideas que de los apellidos que las respaldaban.Hasta el punto de pedirle, de forma indirecta, a Obama que mandara a alguien mucho más a la izquierda para ocupar un asiento a su lado, según asegura David Alexrod.

Supreme_Court_US_2010

Fue amigo íntimo de Ruth Ginsburg, la más izquierdista de todas las jueces del Supremo, con la que pasaba Año Nuevo y se iba de viaje o a la ópera, su gran pasión. Ella emitió un comunicado el fin de semana en su memoria:

«Toward the end of the opera Scalia/Ginsburg, tenor Scalia and soprano Ginsburg sing a duet: ‘We are different, we are one’ different in our interpretation of written texts, one in our reverence for the Constitution and the institution we serve. From our years together at the D.C. Circuit, we were best buddies. We disagreed now and then, but when I wrote for the Court and received a Scalia dissent, the opinion ultimately released was notably better than my initial circulation. Justice Scalia nailed all the weak spots—the “applesauce” and “argle bargle”—and gave me just what I needed to strengthen the majority opinion. He was a jurist of captivating brilliance and wit, with a rare talent to make even the most sober judge laugh. The press referred to his “energetic fervor,” “astringent intellect,” “peppery prose,” “acumen,” and “affability,” all apt descriptions. He was eminently quotable, his pungent opinions so clearly stated that his words never slipped from the reader’s grasp (…) It was my great good fortune to have known him as working colleague and treasured friend»

Cass R. Sustein, amigo cercano, ha escrito sobre él en Bloomber View: The Scalia I Knew Will Be Greatly Missed. Evoca su humor, su cercanía, su generosidad. Su amor profundo por la Constitución y el Imperio de la Ley. Asegura que está entre los tres mejores escritores que ha tenido el Tribunal, y de los más profundos. Capaz de titular un ensayo The Rule of Law as a Law of Rules y arrancarlo con citas de Paine y Aristóteles (por cierto, merece la pena leerlo)

En el NYT, Highlights From Justice Antonin Scalia’s Opinions, párrafos que dan contexto a sus ideas. Incluyendo el caso más famoso, la sentencia de 2008 de Columbia vs Heller que sirve de base una poderosa interpretación de la Segunda Enmienda y el derecho a llevar armas. En Politico, The 11 most memorable Scalia quotes.

Talbot, que lo conoció bien, reflexiona ahora sobre su legado en Postscript: Antonin Scalia, 1936–2016, donde cuenta sus conversaciones con él, una cercanía que le sorprendió y destaca la relevancia de su obra en la sombra.

Robert Shapiro es más crítico y tiene un enfoque interesante: Scalia estaba más interesado en ser un líder que en tener seguidoers: Justice Antonin Scalia: more quotable than influentia.  «Scalia’s victories were limited. His style did not always ingratiate him with potential allies on the court. He did not mince words, and he attacked the opinions of other justices, liberal and conservative alike, with unusual ferocity».

Para Shapiro, que trabjó con Stevens en el Supremo y conoció por dentro a Scarlia, «he changed how advocates and judges talk about statutes, but not how they ultimately interpret them». «His lasting influence will be found in admirers off the court, not in adherents on the bench. He was the champion of a movement that achieved many of its goals but did not succeed in fundamentally reshaping the law in the United States.»

Pase lo que pase ahora, tanto si Obama logra un sustituto como si no, el tribunal se va a escorar hacia la izquierda. Es poco probable que alguien de un perfil tan marcado y con tanta personalidad pueda llegar al Supremo a corto plazo. Que alguien tenga tanta fuerza y una visión legal tan personal.

History is a gallery of pictures in which there are few originals and many copies, dijo Toqueville. Scalia era uno de los originales, y valga el juego de palabras. La fuerza de su legado la vamos a poner a prueba a partir de ahora. Obama tiene la pelota.

The invisible music of cosmos

11 jueves Feb 2016

Posted by suanzes in Uncategorized

≈ Deja un comentario

Extraordinario

http://graphics8.nytimes.com/video/players/offsite/index.html?videoId=100000004200661

One cannot have everything one wants

09 martes Feb 2016

Posted by suanzes in Filosofía, Historia, Uncategorized

≈ 3 comentarios

berlin y trevorIlustración de Richard Wilkinson para Intelligent Life

Haciendo limpieza en enlaces pendientes he encontrado un artículo de 2012: Old polymaths never die. The unstoppable legacies of Isaiah Berlin and Hugh Trevor-Roper, de Adrian Wooldridge.

El autor es un conocido periodista de The Economist, donde ahora firma la columna Schumpeter,  y el ensayo lo publicó Intelligent Life. Es un texto fantástico, delicioso, de obligada y disfrutada lectura.

Una reflexión sobre dos hombres clave del Oxford del siglo XX. De edades similares. Colegas, pero no amigos. Un historiador puro y un historiador de las ideas que, incluso después de fallecidos, han sido éxitos editoriales. Dos personalidades fuertes, complejas. Con grandes éxitos y algunos fracasos.

Respetados, admirados, populares. Con una enorme influencia en el mundo de las ideas, pero también de la política o el periodismo. Dos recuerdos de una época intensa, de un mundo pequeño, elitista, aristocrático, formidable en muchos aspectos.

«The twin cults of Berlin and Trevor-Roper show no sign of fading. They continue to produce new books and fresh insights. They remind us of a world in which academics could be intellectuals and also wonderful writers, and of a time when, as Matthew Arnold put it in The Scholar Gypsy, ‘wits were fresh and clear,/and life ran gaily as the sparkling Thames’«.

Es curioso que alguien que disfrutaba «de la monotonía de la ruina» como Berlin dedicara a sus discípulos y a los alumnos en general tanto de su tiempo. Lo  evocaba hace un tiempo Nick Kristof y, con más ejemplos, lo explicó estupendamente Hitchens en sus memorias de la época univesitaria.

He encontrado continuas referencias a Berlin en mis favoritos, más de las que imaginaba A la sonata para piano 960 de Schubert que le emocionaba en los dedos de Brendel.

Por ejemplo a The Counter-Enlightenment, en sus archivos, brillante y necesario para que la visión whig de la historia y de la filosofía no nos haga pensar que todo ha sido un camino marcado, un sendero fijo y fijado que nos conduce inevitablemente hacia el progreso. Con Vico, Hamann, Herder o Jacobi desfilando entre sus párrafos

He releído el ensayo de Enrique Krauze en Letras Libres: El profeta Isaiah. Sobre su identidad judía, la decisión de optar por la asimilación y no la emigración (de nuevo) y el desarrollo de la idea de libertad negativa contra el autoritarismo de Helvétius, Rousseau, Fichte, Hegel, Saint-Simon o De Maistre.

O en Rea Silvia, una reflexión sobre La mentalidad soviética. La cultura rusa bajo el comunismo y de cómo «los intelectuales bajo el régimen soviético fueron un instrumento más al servicio del Estado, algo que Isaiah Berlin supo ver y analizar a la perfección». Un análisis sobre el espíritu erasmista del filósofo y la influencia de los intelectuales.

Ha encontrado un par de muy buenas reflexiones en The New York Review of Books. El primero, publicado en 1968, sobre Alexander Herzen: The Great Amateur.

El segundo, el más importante para este post y para nosotros como sociedad lo recuperaron en 2014 con el título A Message to the 21st Century. Exactamente 20 años antes, Berlin aceptó el Doctorado Honoris Causa de la Universidad de Toronto. En su nombre se leyó éste discurso que contiene algunas de sus ideas fuerza más importantes.

Es EL discurso. Lo que deberíamos leer, estudiar, memorizar y enseñar. Lo que deberíamos tatuar en nuestras almas revolucionarias. Lo que nos enseña Víctor Lapuente en su El retorno de los chamanes. De verdad, tienen que dedicarle unos minutos.

Es un discurso, una lección, sobre cómo los horrores del siglo XX no fueron responsabilidad de sentimientos (miedo, codicia, odio tribal, celos, amor por el poder), aunque estos jugaron un papel importante, sino de las ideas. O más bien: de una idea en concreto.

[Los horrores]»They were, in my view, not caused by the ordinary negative human sentiments, as Spinoza called them—fear, greed, tribal hatreds, jealousy, love of power—though of course these have played their wicked part. They have been caused, in our time, by ideas; or rather, by one particular idea. It is paradoxical that Karl Marx, who played down the importance of ideas in comparison with impersonal social and economic forces, should, by his writings, have caused the transformation of the twentieth century, both in the direction of what he wanted and, by reaction, against it. The German poet Heine, in one of his famous writings, told us not to underestimate the quiet philosopher sitting in his study; if Kant had not undone theology, he declared, Robespierre might not have cut off the head of the King of France».

¿De qué idea se trata? De algo simple, tanto que asusta. Tanto que es difícil resistirse:

«Let me explain. If you are truly convinced that there is some solution to all human problems, that one can conceive an ideal society which men can reach if only they do what is necessary to attain it, then you and your followers must believe that no price can be too high to pay in order to open the gates of such a paradise. Only the stupid and malevolent will resist once certain simple truths are put to them. Those who resist must be persuaded; if they cannot be persuaded, laws must be passed to restrain them; if that does not work, then coercion, if need be violence, will inevitably have to be used—if necessary, terror, slaughter. Lenin believed this after reading Das Kapital, and consistently taught that if a just, peaceful, happy, free, virtuous society could be created by the means he advocated, then the end justified any methods that needed to be used, literally any».

«Si estás totalmente convencido de que hay una solución para todos los problemas de la humanidad, de que se puede concebir una sociedad ideal y que los hombres pueden lograrla simplemente si hacen lo que sea necesario para ello, entonces tú y tus seguidores debéis pensar que no puede haber un precio demasiado alto que pagar para abrir las puertas de ese paraíso. Sólo los estúpidos y los malvados se resistirían si se les presenta una verdad tan simple. Los que se resisten deben ser persuadidos. Si no pueden ser persuadidos habrá que aprobar leyes para contenerlos. Si eso no funciona, coerción. Si hace falta, violencia. Si es necesaro, terror, matanzas». (Traducción veloz mía). El fin justifica los medios, cualquier medio.

¿Qué se puede hacer ante algo tan obvio y poderoso como la Revelación? ¿Se puede hacer algo? La respuesta de Berlin es puro Berlin: «The central values by which most men have lived, in a great many lands at a great many times—these values, almost if not entirely universal, are not always harmonious with each other. Some are, some are not».

Hay que entenderlo, asumirlo, aceptarlo y respetarlo: los valores son y serán siempre diferentes y difícilmente compatibles. Libertad e igualdad, libertad y seguridad, justicia y piedad, imaginación y espontaneidad vs planificación y orden. La búsqueda de la verdad y la felicidad no siempre casan bien.

«If these ultimate human values by which we live are to be pursued, then compromises, trade-offs, arrangements have to be made if the worst is not to happen. So much liberty for so much equality, so much individual self-expression for so much security, so much justice for so much compassion. My point is that some values clash: the ends pursued by human beings are all generated by our common nature, but their pursuit has to be to some degree controlled—liberty and the pursuit of happiness, I repeat, may not be fully compatible with each other, nor are liberty, equality, and fraternity«.

Es decir: «we must weigh and measure, bargain, compromise, and prevent the crushing of one form of life by its rivals». Hablar, escuchar, negociar, ceder, pactar, perder, ganar.

Aquí Berlin me llama directamente. Lo escucho perfectamente, hace ya muchos años. «I know only too well that this is not a flag under which idealistic and enthusiastic young men and women may wish to march—it seems too tame, too reasonable, too bourgeois, it does not engage the generous emotions».

Berlin suena flojo, aburrido, burgués, blando. La de veces que habré llamado blando a Berlin en mi vida. Por querer pactar en vez de luchar, por no hacer frente (pensaba, idiota) al enemigo, al a fatal arrogancia, a los enemigos de la sociedad abierta. No levanta la voz y  muchas veces deja que los más lanzados dominen el escenario, que vendan o impongan su mensaje. Que atraigan a los jóvenes con sus promesas de reivindicación, batalla y gloria.

Qué razón llevaba, llevó siempre. Lo sabía y sabía también que el camino no estaba en la guerra abierta, sino en la estrategia de guerrilla. En encontrar y señalar a los profetas del autoritarismo. Para eso había que leerlos, no ignorarlos. Remontarse a sus orígenes, a sus ideas, a sus fundamentos. Comprender de dónde viene su fuerza y dónde está su debilidad. Y escribirlo, contarlo y enseñarlo.

«Isaiah Berlin era un liberal, un hijo de la Ilustración. Pero también era un adulto. Sabía que el exceso de confianza de la Ilustración era un error, y que sus adversarios habían planteado objeciones, especialmente sobre el valor del conocimiento, que cualquier persona rigurosa debe tomar en serio. Pocos liberales son liberales cuando se enfrentan a sus críticos. Berlin lo era. Les dejaba hablar y escuchaba, aunque lo que los críticos expresaran tuviera la forma de gritos o lamentos, o aunque en última instancia sus puntos de vista, como los de Joseph de Maistre, le parecieran completamente odiosos. Se convertían en “casos” que ofrecían lecciones de las que la filosofía podía aprender», ha escrito con mucho acierto Mark Lilla, alguien que conoce bien los peligros de las ideas equivocadas de los intelectuales.

Berlin es fundamental para explicar, sin odios, sin rabia, sin ira, que el problema no estuvo sólo en la praxis. Jamás. El problema estaba, está, en las ideas, en lo que subyace. En ese espíritu redentor que nos ofrece el paraíso a un precio ridículo. Que nos promete el maná si se lo arrebatamos a los que nos lo quieren robar o los que siempre lo han escondido para su uso personal.

«El chamán es astrólogo, ideólogo o economista teórico, lo que corresponda a cada periodo histórico. El chamán conoce ese Mundo con mayúsculas. Da igual el álgebra que utilice, si se pone la túnica sacerdotal o la toga filosofal, o si sermonea desde el púlpito de una iglesia o desde el estrado de una universidad. Es un chamán porque transmite la certeza de que existe un orden cósmico. El negocio del charlatanismo es vender el sueño colectivo de ese orden. El charlatán nos alerta de que estamos lejos de ese orden, pero que alcanzarlo está en nuestras manos Para ello el chamán nos ofrece su plan, el Gran Plan», escribe Lapuente (página 86)

Berlin, en su discurso, en toda su obra, nos insiste en un precepto fundamental: «you must believe me, one cannot have everything one wants—not only in practice, but even in theory«.

Lena despacio, las veces que sea necesario. Si hubiera que memorizar una frase, menos de 20 palabras, deberían ser éstas: no podemos tener todo lo que queremos, ni en la práctica ni en la teoría. Sobre todo en la teoría. No es una cuestión de recursos, de gestión, de administración, de propiedad de los medios de producción, del boicot de los enemigos, de la falta de fe.

«Si queremos construir una sociedad más igualitaria, justa y sostenible necesitamos el sentimiento opuesto a la indignación: la templanza. Necesitamos aparcar el lenguaje grandilocuente de la ‘lucha’ y las ‘conquistas sociales’ y abrazar el lenguaje humilde del consenso y el pacto»… «La cultura de la templanza y del consenso nose asienta tampoco en unas instituciones políticas definidas, como una democracia madura o un particular sistema electoral, ni en un determinado umbral de renta per cápita. No se asienta en estructuras materiales o superestructuras inamovibles. Se asienta entre nosotros, pero no lo vemos. Ese factor incorpóreo, pero hercúleo, es la retórica política: cómo se configura el arte del discurso político, cómo respiramos y procesamos los problemas políticos. Un factor fundamental para entender por qué unos países prosperan en cierta armonía mientras otros se ahogan ante los problemas colectivos  (Lapuente, páginas 19 y 20).

En sus ensayos «que trataron de tantos autores de tantos siglos, Isaiah Berlin creó una especie de ciudad intelectual que podemos explorar y en la que podemos volvernos más sabios, un lugar en el que podemos empezar al fin a pensar por nosotros mismos. Contra la corriente es una invitación abierta a visitar esa ciudad y unirnos a las cada vez más despobladas filas de los que no se dejan engañar», concluye Lilla.

Y no puede llevar más razón. Es todo una cuestión de ideas.

Lecturas de Domingo

07 domingo Feb 2016

Posted by suanzes in Lecturas de domingo, Uncategorized

≈ 1 comentario

– The Waypoint: a visual journey through Lesbos, the gateway to Europe. En The Washington Post un formato visual y sonoro brutal para contar la llegada de refugiados. Una maravilla

– Cover Story. The head scarf, modern Turkey, and me. Una larga historia de Elif Batuman en The New Yorker que deberíais leer.

– Down Dog. Ellen Collet en LA Review of Books. Una historia extraña sobre quitar una vida, la curiosidad y nuestros sentimientos.

– En el Washington Post también «The definitive story on Christine Chubbuck, the anchorwoman who killed herself on live TV«. En 1974, Christine Chubbuck sacó un arma y se pego un tiro en directo. Ésta en su historia.

– Love in the Graveyards of Industry. Esto de Jeremy Seabrook en Granta sobre la educación yy la vida siendo homosexual en la Inglaterra de los años 50.

– A Fighter’s Hour of Need.  Interviews reveal the events in the 60 minutes after a 2013 bout at Madison Square Garden that left Magomed Abdusalamov with severe brain damage. Vía Jaime Mora.

– The Lives and Lies of a Professional Impostor. 25 años robando identidades. ¿Quién es Jeremy Wilson? si es que ése es su verdadero nombre…

– Michael Lewis en Vanity Fair: «How Tom Wolfe became… Tom Wolfe»

– Henri Cole en The New Yorker: Swimming with Oliver Sacks

Buen domingo a todos

Carlyle

05 viernes Feb 2016

Posted by suanzes in Uncategorized

≈ Deja un comentario

NPG 1002; Thomas Carlyle by George Frederic Watts

by George Frederic Watts, oil on canvas, 1868

El 5 de febrero de 1881 murió en Londres Thomas Carlyle. Escritor, ensayista, historiador, polemista. Uno de los autores más importantes en lengua inglesa. Lector voraz, pensador original, caracter indomable e insoportable. Un genio, un maestro de las contradicciones.

The Economist lo recordaba hoy con una cita más que oportuna: «It is a vain hope to make people happy by politics». «Vana es la esperanza de hacer feliz a la gente mediante la política».

A España llegó tarde, poco y mal. Lo intentaron, a su manera, Clarín o Unamuno. Pocos lo han descrito mejor que G. K Chesterton: «There are two main moral necessities for the work of a great man: the first is that he should believe in the truth of his message; the second is that he should believe in the acceptability of his message. It was the whole tragedy of Carlyle that he had the first and not the second».

Chesterton, demoledor en en análisis de las flaquezas de Carlyle, como su ridícula defensa de la esclavitud, sabe ir al corazón. «The supreme value of Carlyle to English literature was that he was the founder of modern irrationalism; a movement fully as important as modern rationalism. A great deal is said in these days about the value or valuelessness of logic. In the main, indeed, logic is not a productive tool so much as a weapon of defence. A man building up an intellectual system has to build like Nehemiah, with the sword in one hand and the trowel in the other. The imagination, the constructive quality, is the trowel, and argument is the sword. A wide experience of actual intellectual affairs will lead most people to the conclusion that logic is mainly valuable as a weapon wherewith to exterminate logicians».

Carlyle debió ser una persona insoportable. Amargada por dolencias estomacales durante su vida, por una situación económica delicada. Aquejado de disgustos tan insoportables como cuando una de las criadas de John Stuart Mill tiró a la chimena la única copia disponible del primer volumen de La Revolición Francesa, obra que un apurado Carlyle envió al economista para recibir su bendición y que tuvo que reescribir prácticamente de memoria desde el inicio.

Como historiador es uno de los padres y de los responsables decimonónicos de esa idea de la Historia como sucesión de biografías de los grandes hombres. Estadistas, profetas y guerreros.  «No great man lives in vain. The history of the world is but the biography of great men».

Una idea, una cosmovisión imperante contra la que mucho tiempo después se revolverían afortunadamente marxistas británicos por un lado y los de Annales por el otro.

Como persona…»No one would have found it easy being married to Thomas Carlyle» escribe Kathryn Hughes en la reseña de Thomas and Jane Carlyle: Portrait of a Marriage, publicado por Rosemary Ashton hace casi 15 años. «In a period that specialised in spectacularly unhappy celebrity marriages – the Ruskins, Dickenses and Thackerays – the Carlyles still managed to take the prize as the couple least likely to endure. That their union, unlike these others, ended in neither divorce nor madness says a lot for their need to stick together, hurting and being hurt, until the end came in 1866, with Jane’s death at 64».

Por cierto, ¿recuerdan la definición de la economía como «dismail science»? Sí, la ciencia lúgubre. Viene de Carlyle, y precisamente sobre esclavitud, cuando sugirió recuperarla para estabilizar el mercado laboral en las Indias Occidentales.

Es difícil imaginar hoy a Carlyle, un eco de la antiguedad. En su físico, sus palabras, en ese anmodernismo que hacía las delicias de Isaiah Berlin. En su relación con Herzen, el gran amateur. Esa ira, ese desprecio del cambio, ese decoro religioso y conservador. Esa fatal arrogancia cargada de pesimismo «Every pitifulest whipster that walks within a skin has had his head filled with the notion that he is, shall be, or by all human and divine laws ought to be, ‘happy'».

También es complicado comprender y contextualizar esa potencia, esa capacidad de trabajo, esa fuerza lectora, ese dominio del lenguaje. Esa sensibilidad en los ensayos sobre Robert Burns o en el recuerdo de su mujer tras su muerte, esos bosquejos biográficos que tan bien hacía (página 231 y posteriores). A pesar de que no se querían, tal y como lo entendemos. De que él flirteaba con Lady Ashburton y ella lo hacía casi abiertamente con Mazzini.

En sus poemas y la influencia de Tennyson. En su visión de Dios y de la religión, de la costumbre y el orden. En el placer estético del lenguaje, en el honor de la palabra.

carlyle primero

Hoy he leído el artículo que publicó The New York Times el 6 de febrero de 1881, el día siguiente a su fallecimiento. Es una obra de arte. Sin exagerar. Uno de los mejores artículos que he leído en mi vida en un periódico. Un texto larguísimo, en esos formatos infames e infernales. Arrancando en portada, larguísimo, erudito y profundo. Escrito con un estilo delicioso, perfecto.

Un obituario, una crítica, un análisis de su importancia en el altar de la laiteratura británica. Con la cara y la cruz, los méritos y los deméritos. Un texto sin firma, cuidado, trabajado y extremadamente documentado. Capaz de citar Die Welt als Wille und Vorstellung de Schopenhauer (¡en alemán!), el contenido del Sartor Resartus, la relación del autor con Ralph Waldo Emerson o deliciosas anécdotas como cuando Dickens le pidió algo de bibliografía para su ‘Historia de Dos Ciudades’ y le envió un carromato cargado de volúmenes en cinco idiomas.

El texto del NYT es espectacular. Con partes asombrosas. «If he was unjust, he was intrepid; if he was intolerant, he was exalted; is he was unsympathetic, he was loyal to his convictions».

carlyle 2

Por desgracia no tengo un enlace directo al texto. La pieza está en la times machine del periódico, para suscriptores sólo, con un formato parecido a PDF muy incómodo de leer y de reproducir. Pero animo a todo el que pueda a buscarlo y leerlo. Es lo que yo quiero encontrarme en los medios. Es lo que pagaría por leer. Es lo que mataría por escribir.

carlyle 3.jpg

Haz clic para acceder a thomascarlyleses00carl.pdf

Un modelo, un template de lo que se puede hacer con las ideas y las estructuras adecuadas. Hace 135 años, sin ordenadores, documentalistas, internet, wikipedias o atajos. Sin improvisaciones. Con conocimiento. Apostando por el contenido, por el saber, por la calidad. Con ambición y respeto por el que paga. Con pasión y dedicación. Suscríbanse, cuesta unos pocos euros al mes y merece la pena.

Como dijo Carlyle, y bien vale para el periodismo, the merit of originality is not novelty; it is sincerity».

Suanzes

  • Al panteón. De cabeza. Digno heredero de Omeyer twitter.com/Suanzes/status…Suanzes 9 hours ago
  • El vídeo del ataque al marido de Pelosi es de lo más extraño que he visto. No entiendo nada de toda la escena.Suanzes 9 hours ago
  • Niklas Landin se está ganando a pulso su plaza en el panteón de los más odiadosSuanzes 10 hours ago
  • Here we go twitter.com/suanzes/status…Suanzes 10 hours ago
  • 10 años después, still valid. Sólo queda uno en pie y quiere, como siempre, amargarme el fin de semana twitter.com/Suanzes/status…Suanzes 12 hours ago
Follow @Suanzes

Blogroll

  • A Don's life
  • Alexis Madrigal
  • Alphaville
  • Arts & Letters Daily
  • Barcepundit
  • Brain Pickings
  • Clive Crook
  • Der Spiegel
  • Economics Intelligence
  • El Sueño de Jardiel
  • El valor del dinero
  • Energy, Markets and Money
  • Felix Salmon
  • Financial Times
  • Free Exchange
  • Hispalibertas
  • Ideas Market
  • In Focus
  • Karl Whelan
  • Lealtad
  • Lens Blog
  • Letras Libres
  • Linkiesta
  • London Review of Books
  • Marginal Revolution
  • Nada es gratis
  • Obamaworld
  • Piedras de Papel
  • Politikon
  • Project Syndicate
  • Revolución Naturalista
  • Sintetia
  • The Browser
  • The Economist
  • The Monkey Cage
  • The New York Times

Archivos

  • diciembre 2022
  • enero 2022
  • diciembre 2021
  • abril 2021
  • enero 2021
  • diciembre 2020
  • junio 2020
  • abril 2020
  • febrero 2020
  • diciembre 2019
  • noviembre 2019
  • mayo 2019
  • abril 2019
  • marzo 2019
  • febrero 2019
  • enero 2019
  • diciembre 2018
  • noviembre 2018
  • septiembre 2018
  • julio 2018
  • junio 2018
  • mayo 2018
  • abril 2018
  • marzo 2018
  • enero 2018
  • diciembre 2017
  • agosto 2017
  • julio 2017
  • mayo 2017
  • marzo 2017
  • enero 2017
  • diciembre 2016
  • noviembre 2016
  • julio 2016
  • junio 2016
  • mayo 2016
  • marzo 2016
  • febrero 2016
  • enero 2016
  • diciembre 2015
  • noviembre 2015
  • octubre 2015
  • septiembre 2015
  • julio 2015
  • junio 2015
  • mayo 2015
  • abril 2015
  • marzo 2015
  • febrero 2015
  • enero 2015
  • diciembre 2014
  • noviembre 2014
  • octubre 2014
  • septiembre 2014
  • agosto 2014
  • julio 2014
  • junio 2014
  • mayo 2014
  • abril 2014
  • marzo 2014
  • febrero 2014
  • enero 2014
  • diciembre 2013
  • noviembre 2013
  • octubre 2013
  • septiembre 2013
  • agosto 2013
  • julio 2013
  • junio 2013
  • mayo 2013
  • abril 2013
  • marzo 2013
  • febrero 2013
  • enero 2013
  • agosto 2012

Blog de WordPress.com.

Privacidad y cookies: este sitio utiliza cookies. Al continuar utilizando esta web, aceptas su uso.
Para obtener más información, incluido cómo controlar las cookies, consulta aquí: Política de cookies
  • Seguir Siguiendo
    • Maven Trap
    • Únete a 274 seguidores más
    • ¿Ya tienes una cuenta de WordPress.com? Accede ahora.
    • Maven Trap
    • Personalizar
    • Seguir Siguiendo
    • Regístrate
    • Acceder
    • Denunciar este contenido
    • Ver sitio web en el Lector
    • Gestionar las suscripciones
    • Contraer esta barra
 

Cargando comentarios...