¿Cuál es la mejor forma de recaudar? George, hace más de un siglo, propuso un medida que podría aliviar la presión de ciudades como Londres o San Francisco. O no.
Para el final, por cierto, he recuperado y reciclado un par de ideas y de links.
«Los enemigos del dólar«. La crítica de Ideas de hoy, sobre divisas, bitcoins y su verdadero enemigo, los pantalones vaqueros ajustados, ya está colgada en elmundo.es
En elmundo.es, ¿Necesitamos las ‘burbujas’?, mi Crítica de Ideas sobre Summers, Krugman, Zero Lower Bound, estancamiento y esas cosas que están, de nuevo, de moda.
A partir de esta semana ya no será necesario colgar la versión ampliada de la Crítica de Ideas en el blog, porque aparecerá el domingo por la mañana en elmundo.es. Una de las ventajas del cambio de piel.
En los peores arrabales de Bombay, Monrovia o Ghana, donde las familias sobreviven con menos de un dólar al día, ha aparecido en los últimos años algo aparentamente impensable: escuelas privadas.
Según Tooley, en la India hay unas 300.000 escuelas privadas low-cost, y en el África anglofona, unas 100.000. Pequeños centros que cobran desde un dólar al mes a las familias por escolarizar a los niños, parece que lo hacen aceptablemente bien ¡y ganan dinero con ello!
Él mismo ha creado las Omega Schools, que ya imparten clases a 20.000 niños en Ghana al coste de 40 céntimos de euro al día, una tarifa plana con comidas, libros y uniformes para el curso completo.
Durante la propia charla de Tooley, gente del público criticó abiertamente su discurso y le acusó de ser muy «dañino», al criticar el sistema escolar público de muchos países africanos, ignorando sus éxitos de las últimas décadas. Lo que podría llevar a un mayor abandono del sistema por parte de las autoridades. La UNESCO y Oxfam son muy escépticos. Dixon cree que más bien, están en un estado de negación. (Vía)
En México, un profesor idealista en una escuela pobre, de una ciudad en problemas, ha seguido su ejemplo. Y ha logrado que una niña consiga los mejores resultado en matemáticas de todo el país.
Cada año, cientos de estudiantes de las universidades más prestigiosas de EEUU optan por una carrera en el sector financiero al graduarse. Son ¿Los mejores, los más brillantes y los menos productivos? ¿Son demasiados? Robert Shiller, flamante nuevo Premio Nobel de Economía, se hacía esa pregunta hace unos días en un artículo cargado de citas y referencias a estudios.
Ya en 2011 Patrick Bolton, Tano Santos, y Jose A. Scheinkman se preguntaban:»Is the Financial Sector too Big?» (PDF: «We show that in equilibrium the dealers’ informational rents in the OTC market are too large and attract too much talent to the financial industry»).
Irónicamente, el que haya crisis como la de los últimos años puede llegar a tener un efecto positivo sobre la innovación. En épocas de recesión, los bancos contratan a menos estudiantes, por lo que los jóvenes se decantan más por programas de doctorado o a la investigación, como explica Pian Shu en «The Long-Term Impact of Business Cycles on Innovation«(PDF).
Un estudio de este verano, firmado por Josh Bivens y Lawrence Mishel y titulado «The Pay of Corporate Executives and Financial Professionals as Evidence of Rents in Top 1 Percent Incomes» (PDF) señala que: «The increase in the incomes and wages of the top 1 percent over the last three decades should be interpreted as driven largely by the creation and/or redistribution of economic rents, and not simply as the outcome of well-functioning competitive markets rewarding skills or productivity based on marginal differences».
Y por ello, concluyen, «This rise in rents accruing to the top 1 percent could be the result of increased opportunities for rentshifting, increased incentives for rent-shifting, or a combination of both».
Pero no es la única causa. Ezra Klein cree que la mala educación que se imparte en las universidades tiene parte de culpa: «Wall Street steps in when Ivy League fails«.
La economía neoclásica tiene muy presente el concepto de homo economicus, una especie de tipo ideal weberiano según el cual el ser humano se comporta de forma racional, tratando de maximizar su bienestar mediante el uso apropiado de la información disponible.
Aunque se puede remontar por lo menos hasta a Adam Smith, la primera referencia literal a la expresión aparece en los Principii di Economia Pura de Maffeo Pantaleoni, de 1889. Eso sí, del concepto economicus a secas ya se hablaba 70 años antes, según ha rasteado Edward J. O’Boyl en The Origins of Homo Economicus. A note (PDF).
Hace unos días, Tania Singer, directora del Department of Social Neuroscience del Max Planck Institute for Human Cognitive and Brain Sciences,
afirmó en una tribuna titulada Más allá del Homo Economicus que «aunque la búsqueda del interés personal puede ser ventajosa en ciertos contextos, no es la única, y ni siquiera es la principal motivadora del comportamiento humano, y es más, no propicia la superación de las cuestiones globales más apremiantes».
Y por ello, sigue, «es tiempo de reemplazar el marco conceptual del homo economicus con un modelo que refleje la capacidad del ser humano de demostrar un comportamiento altruista y prosocial. Al poner de manifiesto oportunidades para la cooperación humana, dicho marco conceptual proporcionaría un fundamento útil para que los sistemas políticos y económicos tengan éxito en donde los arreglos existentes han fracasado».
Fernando Esteve, profesor de Teoría Económica en la Universidad Autónoma de Madrid, escribía también recientemente en El País sobre Hombres (poco) económico, recopilando «auténticas joyas del comportamiento antieconómico que suscitan a la vez reflexión y maravilla por su belleza».
Pero Jason Shogren, de la University of Wyoming, va mucho más allá y sugiere que «trade and specialisation are the reasons Homo sapiens displaced previous members of the genus, such as Homo neanderthalensis (Neanderthal man), and emerged triumphant as the only species of humanity». Poniendo a la economía y al homo economicus como elemento clave en el proceso evolutivo.
En todo caso, recordemos de la mano de Josep Persky (PDF) que llevamos por lo menos 75 años anunciando la muerte del paradigma la racionalidad, y de una forma u otra, ahí sigue.
Ojo que no se trata sólo de una parodia, el texto está lleno de referencias académicas de lo más interesantes a Pinker, Veblen, Smith, Shiller, Tversy, Khaneman, etc. De hecho, la idea viene del propio Thaler de nuevo (PDF).