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Publicaciones de la categoría: Historia

Españoles en la Gran Guerra

25 lunes Ago 2014

Posted by suanzes in Historia, Periodismo

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La semana pasada, mi compañero Fernando Palmero publicó en El Mundo una serie de historias tituladas: «Españoles en la Primera Guerra Mundial», sobre escritores, periodistas y corresponsales. Una al día. Y es buenísima, erudita, de lectura obligada y deliciosa. Llena de literatura, ideas y polémicas. Una crónica del país intelectual de inicios del siglo XX.

Mi favorito es seguramente el segundo, el de Sofía Casanovas. Y el de León. Leed, carajo, leedlos todos. De lo mejor que hemos publicado en tiempo.

1) «El quinto jinete«. Vicente Blasco Ibañez. Escritor, activista político y periodista exiliado en Francia. Fue el autor más leído en Europa y en América gracias a Los cuatro jinetes del Apocalipsis, una novela con la única finalidad de apoyar la causa aliada en la Guerra y que le permitió acumular una inmensa fortuna.

2) «Fuera de control«. Sofía Casanova: poeta, novelista y corresponsal de ABC en el frente del Este. Nacida en Almeiras (La Coruña) en 1861, se convirtió en la escritora que mejor conoció los horrores de la Gran Guerra en Varsovia, Moscú y San Petesburgo, desde donde relató la caída de los Romanov y el ascenso del terror bolchevique.

3) «Imaginar el frente«. Agustí Calvet, ‘Gaziel’, escritor y corresponsal de La Vanguardia en París. Estudiante en la capital francesa cuando estalló la Gran Guerra, abandonó sus trabajos académicos para dedicarse al periodismo. Sus crónicas desde el frente tuvieron tanto éxito que fueron reunidas en varios volúmenes

4) «Peinar la guerra«. Corpus Barga. Corresporal, prematuro poeta y novelista, decidió sin embargo consagrar su vida a la política y el periodismo, dos actividades que concebía como inseparables. La primera a través de la acción; la segunda, entendida como el arte de la propaganda.

5) «Añoranza imperial«. El escritor Ricardo León, elegido miembro de la RAE con sólo 35 años, fue uno de los autores más leídos y alabados en los primeros años del siglo pasado y constituyó una ineludible referencia literaria y moral para varias generaciones de escritores.

6) «La nación en armas«. Ramiro de Maeztu. Escrito y corresponsal en Londres desde 1905. Visitó el frente acompañando al Ejército inglés en Italia, Francia y Flandes durante el verano del 16, desde donde firmó una serie de crónicas de tono indisimuladamente anglófilo. Algunos de sus escritos los recopiló en Inglaterra en armas.

7) «El nuncio espiritual«. Ramón María del Valle Inclán. Enviando por El Imparcial al frente francés, el padre del esperpento vio en su relato sobre el conflicto europeo la ocasión de desprenderse del modernismo y aventurarse en un nuevo estilo literario más cercano al expresionismo.

 

Raymond Aron: el hombre de los matices, de la honestidad

21 jueves Ago 2014

Posted by suanzes in Filosofía, Historia

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«(…) La decisión les corresponde a los hombres del siglo XXI, liberados de las tradiciones y de las ideologías, pero confrontados con el resurgimiento del nacionalismo y de los integrismos religiosos. Más que nunca su condición es trágica, porque su destino sólo depende de ellos mismos, porque son libres de hacer lo mejor o lo peor con los formidables medios de acción, los conocimientos y las tecnologías de los que disponen.

Les corresponde a los hombres, que hoy son más y son mayores, ponerse de acuerdo para ocuparse de un planeta que ya no puede poner a su disposición una cantidad ilimitada de recursos. A los hombres, que hoy están más unidos y más solos, que están más próximos y son más extraños, definir los principios, las instituciones y las normas para preservar el bien común de la humanidad.

A los hombres, más poderosos y vulnerables, cuya actividad se proyecta en los espacios vírgenes del cibermundo, al mismo tiempo que la convergencia de las tecnologías de la información y de la biología los autoriza a intervenir en su naturaleza a través de su patrimonio genético, abriendo el camino de nuevas terapias, pero también de una temible eugenesia.

“El gran intelectual –escribía Malraux- es el hombre de los matices, de los grados, de las cualidades, de la honestidad consigo mismo, de la complejidad. Es, por definición, por esencia, antimaniqueo”.

Aron pertenece a la pequeña cohorte de intelectuales que rechazan las certidumbres adquiridas a toda prisa, pero falsas, los juicios de valor definitivos, pero sesgados; las arquitecturas intelectuales formalmente perfectas, pero desvinculadas de la realidad, y prefiere la modestia frente a un conocimiento que siempre es parcial, que se hurta a medida que se descubre, y frente a una historia cuyas sorpresas siempre serán más fértiles que la imaginación de los hombres.

Pero sería completamente erróneo ver en Aron los signos de un pesimismo irreductible o de una forma de renuncia. La conciencia de los límites del saber o de la acción no menoscaba en absoluto la emancipación que los hombres pueden conquistar gracias a su trabajo y a su búsqueda de la verdad. La libertad nunca es una causa perdida, como mostró el hundimiento de los totalitarismos y como confirma la insurrección iraní de 209. La historia sólo es trágica en la medida en que el hombre es completamente libre para afrontarla sin otra guía que su conciencia, sus dramas y sus plagas, así como sólo a él pueden atribuirse los éxitos. Ello no legitima en absoluto la renuncia o la indiferencia, sino que constituye, por el contrario, un llamamiento a la movilización, una sana invitación a los ciudadanos y a los dirigentes a tomar las riendas de su destino y de sus naciones, de sus continentes o del planeta.

El mensaje final de Aron consiste pues en el optimismo y la esperanza. No existe ninguna fatalidad por la cual la última palabra deba ser el odio y la violencia. No existe ninguna razón, llegada la hora de la globalización, para perder la esperanza en las democracias o en el futuro de la libertad. Contra los fanáticos y los cínicos, el mejor de los antídotos sigue siendo la razón, que otorgó unidad a la vida y la obra prolífica, tan filosófica como polémica, sociológica, histórica, universitaria y editorial, de Aron.

Patriota francés y ciudadano del mundo, republicano y liberal, figura central del pensamiento político y defensor de la libertad, Aron es el mejor de los compañeros de camino para transitar los escarpados senderos de la historia del siglo XXI, cuyo desafío fundamental se encuentra perfectamente explicado en sus Memorias. “Si las civilizaciones, todas ellas ambiciosas y precarias, deben realizar en un futuro lejano los sueños de los profetas, ¿qué otra vocación universal podría unirlas sino la Razón?”.

Nicolas Baverez: Raymond Aron y la época de la historia universal. En Raymond Aron: «Memorias. Medio siglo de reflexión política«. RBA. 2013, página 31

Negritas mías

Entrevista a Michael Ignatieff

11 miércoles Jun 2014

Posted by suanzes in Entrevista, Filosofía, Historia, Periodismo, Política

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En El Mundo de hoy miércoles, en EM2, mi larga entrevista al canadiense Michael Ignatieff.Sobre Maquiavelo, Berlin, la política, los medios de comunicación, el papel del Estado, Snowden y las amenazas a las sociedades liberals. Pero sobre todo, sobre la idea de libertad.

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La maquetación, como ya nos tiene acostumbrados el equipo de Cuartango y Rodrigo Sánchez, es una pasada.

Ignatieff

Historiador, periodista y ensayista, en 2005 Ignatieff se dejó tentar por Siracusa y se pasó a la política, llegando a liderar el Partido Liberal.

Ahora se publica en español su Fuego y cenizas, unas memorias en las que detalla el fracaso que supuso su carrera. Es también un vívida descripción de la política real, la del juego sucio, el agotamiento físico y las palabras comedidas.

A finales de los 90, de la mano de su magnífica biografía, descubrí a isaiah Berlin. Nunca le estaré lo suficientemente agradecido.

D-Day: el desembarco

06 viernes Jun 2014

Posted by suanzes in Historia, Obituario, Periodismo

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– Ojo. Brutal esto del Telegraph. Están haciendo un en vivo del Dia D como si fuera hoy en tiempo real: «D-Day: June 6th 1944 as it happened«. Rolling timeline of the D-Day landings of 6th June 1944 updated hour by hour as events unfolded on the day.

-Delicioso. «D-Day: In the words of the BBC journalists«. Las crónicas radiofónicas del desembarco. Con los aviones, el ruido de fondo. Obligatorio.

– «June the Sixth«. Madre mía. El texto que apareció en la portada de The Economist en su edición del 10 de junio de 1944 es simplemente extraordinario. Qué retórica, qué lucidez. (y vaya elogio de Churchill, del de 1940, el que dijo «we shall fight on the seas and oceans, we shall fight with growing confidence and growing strength in the air . . . . whatever the cost may be, we shall fight on the beaches, we shall fight on the landing grounds, we shall fight in the fields and in the streets, we shall fight in the hills»).

– «AP was there, 1944: Allies win footholds in France«. Las crónicas de los enviados de AP a las playas de Normandía. Tenían dos docenas de reporteros y fotógrafos. Las primeras llegaron a las 09.32. y un minuto después estaban en los teletipos.

– «Ian Fyfe, Daily Mirror reporter who was the only journalist to die on D-Day«.

–  Ojo a este historión: «Manuel Otero, el único español que murió hace 70 años en el desembarco de Normandía«. Emigró a EE.UU y se alistó voluntario en el Ejercitó para conseguir la nacionalidad, pero tres días después Japón bombardeo Pearl Harbour.

– «How The Washington Post covered D-Day 70 years ago«.

– Y en este enlace se pueden ver las páginas que dedicó The New York Times a la cobertura del desembarco.

– «70 aniversario del desembarco de Normandía«. El podcast con el monólogo de hoy de Alsina es extraordinario. Qué sonidos.

– Alberto Rojas en El Mundo «‘¿Pero qué hace ese tipo con una cámara aquí?‘. El soldado Houston S. Riley, de la compañía Fox, y Robert Capa.

– Fernando Múgica también en El Mundo: «Robert Capa, el día D«.

– Marie Brenner en Vanity Fair: «Robert Capa’s Longest Day«.

– Moeh Atitar: «Historia de una fotografía: Taxi al infierno«.

-Portada de ABC el 7 de junio de 1944: «Ha comenzado la invasión de Europa«.

– Ojo a la portada de Il Corriere della Sera.

corriere

 

 

 

 

– Y la portada del Financial Times, siempre a lo importante:

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bbcseaborne– Esto de la BBC: «How was the biggest ever seaborne invasion launched?«. The Allied commanders faced a formidable task. The lives of hundreds of thousands of men, and the freedom of millions would depend on them getting it right.

– «Five facts you may not know about the Normandy invasion«. El soldado más veterano tenía 56 años, artritis y no tenía que estar allí. Además, era hijo de un ex presidente de Estados Unidos. Y «10 things you didn’t know about the D-Day landings«. Genialidades como «On the morning of D-Day, the House of Commons debated whether office cleaners should no longer be called ‘charladies«.

– «Bill Millin, el gaitero que conquistó Normandía«. Obituario de 2010 en The Telegraph y estupenda historia.

– Y la misma, en The Economist, con épica: «Bill Millin«.

– Tres posts seguidos de Sinonevero: El día D, parte I. /El día D, parte II / El día D, parte III

La portada del Daily Mail de hoy es muy sentida

DailyMail

– Julio Martín Alarcón en La ventura de la Historia: «Desembarco en Normandía; Las playas de la victoria aliada«. También artículos de David Solar: «En Berlín lo supieron todo pero no entendieron nada» y «La resistencia en Francia comenzó a funcionar«.

– Una buenísima: «La batalla de la innovación en el desembarco de Normandía«. Investigadores de Dassault Systèmes han querido rendir homenaje a los ingenieros que hicieron posible la victoria de las tropas aliadas en la batalla más decisiva de la Segunda Guerra Mundial. Con viejos planos y fotografías y unos pocos restos, han reconstruido digitalmente desarrollos emblemáticos, como el puerto flotante Mulberry y el planeador silencioso Waco CG-4.

– Marc Bassets en El País: «La memoria menguante del Día D«.

– Guillermo Altares, también en El País, entrevista a Anthony Beevor,autor de «Día D. La batalla de Normandía».

– Un artículo en The New York Times: «Memories From Normandy«. Seventy years later, four veterans of the largest amphibious invasion in history recall their experiences.

– Una web interactiva canadiense, con la serie emitida en 2011. Extraordinaria, para disfrutar con mucha calma, pantalla completa, sonido al máximo y algo de tiempo libre. D-Day to Victory.

 

Y galerías de fotos:

Baltimore Sun: «World War II veterans and re-enactors gather in France for the 70th anniversary of D-Day«.

Libération: «Ciel, le D-Day, les sites du Débarquement vus d’avion«.

The Guardian: «D-day veterans return to Normandy – in pictures«.

ABC: «Normandía: el desembarco que cambió la historia«.

The Age: «70th anniversary D-Day commemorations«.

Time: «Before and After D-Day: Color Photos From England and France«.

El País: «El día D, entonces y ahora«.

En Slate Francia: «Les paysages du Débarquement en photos, en 1944 et aujourd’hui«.

WSJ: «D-Day Invasion: View From Above«.

This is colossal: «9,000 Fallen Soldiers Etched into the Sand on Normandy Beach to Commemorate Peace Day«.

Le Figaro: «Le film des évènements du débarquement«.

 

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Carne de gallina con la oración/discurso de Roosevelt para el Día D.

Franklin Roosevelt’s D-Day Prayer

lmighty God: Our sons, pride of our Nation, this day have set upon a mighty endeavor, a struggle to preserve our Republic, our religion, and our civilization, and to set free a suffering humanity.

Lead them straight and true; give strength to their arms, stoutness to their hearts, steadfastness in their faith.

They will need Thy blessings. Their road will be long and hard. For the enemy is strong. He may hurl back our forces. Success may not come with rushing speed, but we shall return again and again; and we know that by Thy grace, and by the righteousness of our cause, our sons will triumph.

They will be sore tried, by night and by day, without rest-until the victory is won. The darkness will be rent by noise and flame. Men’s souls will be shaken with the violences of war.

For these men are lately drawn from the ways of peace. They fight not for the lust of conquest. They fight to end conquest. They fight to liberate. They fight to let justice arise, and tolerance and good will among all Thy people. They yearn but for the end of battle, for their return to the haven of home.

Normandy1Some will never return. Embrace these, Father, and receive them, Thy heroic servants, into Thy kingdom.

And for us at home — fathers, mothers, children, wives, sisters, and brothers of brave men overseas — whose thoughts and prayers are ever with them–help us, Almighty God, to rededicate ourselves in renewed faith in Thee in this hour of great sacrifice.

Many people have urged that I call the Nation into a single day of special prayer. But because the road is long and the desire is great, I ask that our people devote themselves in a continuance of prayer. As we rise to each new day, and again when each day is spent, let words of prayer be on our lips, invoking Thy help to our efforts.

Give us strength, too — strength in our daily tasks, to redouble the contributions we make in the physical and the material support of our armed forces.

And let our hearts be stout, to wait out the long travail, to bear sorrows that may come, to impart our courage unto our sons wheresoever they may be.

And, O Lord, give us Faith. Give us Faith in Thee; Faith in our sons; Faith in each other; Faith in our united crusade. Let not the keenness of our spirit ever be dulled. Let not the impacts of temporary events, of temporal matters of but fleeting moment let not these deter us in our unconquerable purpose.

With Thy blessing, we shall prevail over the unholy forces of our enemy. Help us to conquer the apostles of greed and racial arrogancies. Lead us to the saving of our country, and with our sister Nations into a world unity that will spell a sure peace a peace invulnerable to the schemings of unworthy men. And a peace that will let all of men live in freedom, reaping the just rewards of their honest toil.

Thy will be done, Almighty God.

Amen

——

Vía @sinonevero @rsalaverria @mariaramirezNY @ampique @lhermoso_ @nanisimo @maydeuO @droblopuntoes @martarias @carloshortelano @Monsan_piolin  @allymaav

El pequeño guardia rojo

03 martes Jun 2014

Posted by suanzes in Historia, Historias, Lecturas sin Enlace

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«Elderly Chinese people committing suicide before end of the month to avoid province’s looming ban on burials«, titula una noticia el Daily Mail británico. Ancianos chinos que se suicidan antes de que la prohibición de enterrar cuerpos entre en vigor, el 1 de junio, en la provincia de Anhui.

La noticia suena disparatada, absurda. Es el Daily Mail. No sé si es cierta, pero da pie para recomendar un excelente libro: “El pequeño guardia rojo“, de Wenguang Huang, publicado en español por Libros del Asteroide.

Wenguang, periodista, escritor y profesor, vive en EEUU, pero nació en 1965 en Xi’an. En El pequeño guardia rojo cuenta su historia, la de su familia, la historia de la ciudad, de China, en los años de la Revolución Cultural. Es la crónica de un niño que crece en una familia normal, con dos padres muy trabajadores, una hermana y una abuela. Con una situación económica muy justa, a ratos desesperanda. en un momento de cambio para el país.

Hay muchas formas de narrar algo así. Wenguang nos cuenta China a través de los miedos de su abuela, una anciana que cuando el niño cuenta con apenas nueve años empieza a obsesionarse con la muerte. No por morir en sí (que en parte, y pese a su entereza, también). Sino precisamente por no poder ser enterrada.

Es la China de los últimos años de Mao, donde la tierra es necesaria y no se puede perder espacio con tonterías burguesas y antirevolucionarias como los cementerios. El Partido no lo aprueba. Todos los muertos deben ser incinerados. Pero a Abuela le aterroriza, le atormenta la idea, y presiona a su hijo para que le prometa que cuando muera la llevará al pueblo para poder descansar en paz.

El pequeño guardían rojo no es una novela, ni una biografía. Son unas memorias particulares. Literariamente no son brillantes, ni lo pretenden. Pero el relato, cargado de humor, es fascinante.

Por un lado, el verdadero sentir de los chinos rurales, visto a través de las ideas, mitos y supersticiones de Abuela y sus vecinos. Las decenas de tradiciones no revolucionarias ni comunistas. Las ceremonias, la astrología, la simbología. La preparación en función de costumbres antiguas de todo lo que tiene que ver con la muerte, pero también con la vida. Todo mal cubierto por el asfixiante manto de la doctrina, del partido. Del miedo. Miedo al Partido, al Estado, a los vecinos, a los jefes. A ser delatados. A delatar. A no poder alimentar a los tuyos. Miedo a la aleatoriedad. A lo arbitrario. A no saber por qué, ni cómo ni cuando. A ser encarcelado hoy y rehabilitado mañana.

El autor comprime siglos de historia, tradición y filosofía en apenas una década. Y a eso suma una radiografía increíble de una sociedad que se mueve, que evoluciona, que piensa y sufre. Con una jerarquía imposible de entender. Con auténticos apuros para alimentarse, para conseguir carne. En el que la convivencia, a ratos, se vuelve difícil. Una mezcla complicada de modernidad y respeto por el pasado.

Con una población temerosa y respetuosa ante la autoridad, pero conoce mil y una forma de burlar sus imposiciones. El padre, para poder cumplir la promesa, tiene que hacer auténticas virguerías. Preparar, con años de adelanto, el proceso. Por ejemplo, consiguiendo algo tan sencillo como un ataud. Es imposible comprarlo, así que tiene que contratar a dos obreros y pagarles en comida, bebida y tabaco para que lo hagan. En secreto, para que nadie lo vea.

O sobornar a decenas de tíos y tías para que le ayuden con la logística. Alguien con un camión. El primo de un amigo que conoce a alguien que puede conseguir un tren. Al jefe del pueblo, para que reserve un buen lugar en el cementerio y cuide de la tumba. Casi a los vecinos, que durante años conviven con un féretro vacío en el salón de la casa.

Es también una narración increíblemence cercana, que nos sumerge en la atmósfera del barrio, en los olores de la cocina. Que nos hace odiar a suegra y nuera y desear lo mejor para ambas. Que te ahoga por la falta de espacio y te libera por el optimismo resignado de los protagonistas.

Wenguang cuenta la historia de una decepción, el pasado de una ilusión. Según pasan los años, sus padres, él mismo, pierden toda posible ilusión con el comunismo, con el Partido, con el sistema. Él, elegido para una escuela de idiomas, tiene la oportunidad de ver, de comparar. Incluso de viajar a Reino Unido para mejorar su inglés. Él, que será el encargado en el futuro de traducir para los líderes máximos. Su padre, entre lágrimas, todo lo que le pide durante años, cuando crece y va a la Universidad, es que no se meta en líos, que no arruine su futuro y el de la familia. Sobre todo, que no traicione a su país, que vuelva cuando sale.

Wenguang descubre la verdad cuando pise Inglaterra. Descubre que los europeos no son pobres, que no se pelean por la comida. Sino todo lo contrario. Tarda días en recuperarse de la imagen tras la primera visitar a un supermercado. Entiende las bondades de la libertad, del dinero, de la democracia. Pero aun así, se resiste. El peso de la tradición es grande, y se une a asociaciones de estudiantes de izquierdas para defender un comunismo en el que en realidad no cree, nunca creyó.

Un libro que merece la pena en épocas de turbulencias, de dudas, de promesas. Para saber lo que hasta antes de ayer ha sido. Lo que todavía es en algunos sitios. Lo que puede volver a ser.

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El Ala Oeste de la Casa Blanca

23 viernes May 2014

Posted by suanzes in Historia, Jot Down, Lecturas

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El Ala Oeste de la Casa Blanca es la mejor serie de todos los tiempos. Hay pocas dudas al respecto, aunque soy tolerante con los que discrepan.

Jon White, que es una persona sensata, coincide con mi opinión (en realidad, no). Y por eso ha dedicado un año y medio de trabajo a Seventeen People: A modest tribute to—and deconstruction of—my favorite hour of television. Una página web dedicada íntegramente a Seventeen People, el episodio de la segunda temporada emitido el 4 de abril de 2001. Genialidad absoluta.

Para auténticos fans, este artículo de Hollywood Repoter es absolutamente imprescindible: «‘West Wing’ Uncensored: Aaron Sorkin, Rob Lowe, More Look Back on Early Fears, Long Hours, Contract Battles and the Real Reason for Those Departures«.

Una auténtica historia oral de la serie, una larga charla con todos los protagonistas, Sorkin, productores y directivos de la cadena sobre el nacimiento de la serie, su evolución, contratos, castings, problemas, salidas y retornos. Fantástico.

Porque El Ala Oeste es política, pero también drama. y aquí hay una lista de 10 episodios que lo demuestran. Incluyendo, desde luego, Dos catedrales, que nunca ha sido superado.

Y si alguien tiene curiosidad, en el número  2 de papel de Jot Down, escribí un artículo largo titulado: “The Best and the Brightest“ (PDF).

Está dedicado a la serie, claro. Y vengo a decir que:

“Sus siete temporadas demostraron que los ‘expertos’ de la televisión, los profetas de la basura y los abogados de la miseria o no tienen ni puta idea o mienten como bellacos. Demostraron que es posible sentar a millones de personas en un sofá a disfrutar con la política. Que es posible alcanzar la perfección sin sexo, sin rodar en exteriores, sin violencia, sin chistes fáciles. Que es posible generar placer con el día a día de un Gobierno. Con diálogos largos, difíciles, eruditos. Con intercambios pedantes entre niños bien de Harvard y Yale. Que la inteligencia es una virtud y no una vergüenza. Que la lealtad y el honor inspiran y conmueven. Que es posible respetar al público. Que la clave es la oferta, no la demanda”.

 

El historiador nacionalista

20 martes May 2014

Posted by suanzes in Historia, Lecturas sin Enlace

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«Ningún historiador serio de las naciones y el nacionalismo puede ser un nacionalista político comprometido, excepto en el mismo sentido en que los que creen en la veracidad literal de las Escrituras, al mismo tiempo que son incapaces de aportar algo a la teoría evolucionista, no por ello no pueden aportar algo a la arqueología y a la filología semítica.

El nacionalismo requiere creer demasiado en lo que es evidente que no es como se pretende. Como dijo Renan, “Interpretar mal la propia historia forma parte de ser una nación”.

Los historiadores están profesionalmente obligados a no interpretarla mal, o cuando menos, a esforzarse por no interpretarla mal. Ser irlandés y estar apegado orgullosamente a Irlanda –e incluso enorgullecerse de ser irlandés católico o irlandés protestante el Ulster- no es en sí mismo incompatible con el estudio en serio de la historia de Irlanda.

No tan compatible, diría yo, es ser un feniano o un orangista; no lo es más que el ser sionista es compatible con escribir una historia verdaderamente seria de los judíos. A menos que el historiador se olvide de sus convicciones al entrar en la biblioteca o el estudio.

Algunos historiadores nacionalistas no han podido hacerlo,. Por suerte, al disponerme a escribir el presente libro, no he necesitado olvidar mis convicciones no históricas».

Eric J. Hobsbawm: «Naciones y nacionalismos desde 1870. Crítica, 1990. Páginas 20 y 21

Pureza, exterminio y razón

17 sábado May 2014

Posted by suanzes in Filosofía, Historia, Lecturas

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– «Mass Murder Relies on People Like Us«. Esta entrevista de Philip Gourevitch a Thierry Cruvellier en The New Yorker es imprescindible. Cruvellier es el periodista que más tiempo ha pasado en grandes tribunales internacionales para crímenes de guerra. Ruanda, La Haya y el juicio a los Jemeres Rojos en Camboya. Sus reflexiones son interesantísimas. En especial sobre la gente de izquierda que se reconvierte de maoístas, leninistas o comunistas en general en grandes defensores de los derechos humanos. «As the French philosopher Raymond Aron astutely noted, human rights, as a political philosophy, is based on a notion of purity. It’s not about taking responsibility for a decision “in unpredicted circumstances, based on incomplete knowledge”—that’s politics, said Aron. Instead, human rights function as a refuge for utopia». Lean también la tribuna de Cruvelleir en The New York Times en 2002 sobre Duch: «The Khmer Rouge’s Perfect Villain«.

– «What Is This Child Doing in Prison?«. Jane tiene 16 años. Nació chico, pero es una chica. Su padre está en la cárcel. Su madre es politoxicómana. Desde pequeña ha ido salta de casa en casa, de familia en familia, de centro en centro. En casi todos la han violado y maltratado. Familiares y profesionales que debían cuidar de ella. Ahora, es violenta, impredecible, y el Estado, para ‘protegerla’, no ha tenido mejor idea que encerrerarla en la zona de aislamiento de una prisión. En lugar de ayuda psicológica, pasa sola 23 horas al día entre cuatro paredes.

– Lean al respecto, sobre el fondo, a González Ferriz: «Entendiendo la irracionalidad«. «Quienes estamos más bien del lado de la Ilustración hemos querido convencer a quienes no lo están, pero raramente nos hemos detenido a estudiar en serio qué piensan». Y a Isaiah Berlin, claro (PDF, 24 páginas, en inglés).En uno de sus ensayos más interesantes sobre Vico, Hamann, Herder, Jacobi o De Maistre como los grandes nombres de la contrailustración.

Ramón recomienda también leer también la introducción de «The Seduction of Unreason: The Intellectual Romance with Fascism from Nietzsche to Postmodernism«, de Richard Wolin. Yo no lo he leído aún.

*ACTUALIZACIÓN

Hoy domingo, Mario Vargas Llosa escribe un estupendo artículo en El País precisamente sobre Berlin y Johann Georg Hamann, «El Mago del Norte«. Muy recomendado.

Cosecha de sangre

13 domingo Abr 2014

Posted by suanzes in Historia, Periodismo

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Lean la tribuna que escribió esta semana Alfonso Armada en ABC: «El brazo de una muchacha en Ruanda«. Soberbia. Veinte años después del genocidio, recuerda una imagen que lo persigue desde entonces. La del brazo de una chica en una pila de cadáveres. «Yo no dejé mi cámara, no me metí entre los cadáveres, no busqué su cara, no le tomé el pulso. Seguí tomando fotos, quizá mordiéndome los labios. ¿Mordiéndome los labios?».

Pero para poder entender, para de verdad comprender lo que significa, lean la crónica que Armada publicó sobre aquella misión con soldados italianos en abril de 1994. Lo hizo en El País con el título de «Cosecha de sangre en Gikoró» y es una de las piezas más terribles y escalofriantes que he leído nunca. También una de las mejores.

«Hay una monotonía de la muerte que congela los labios e idiotiza la sonrisa«.

Los dos artículos están incluidos en la recopilación que hice hace un par de días en este mismo blog.

Ruanda: 1994-2014

07 lunes Abr 2014

Posted by suanzes in Historia, Internacional, Periodismo

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Ruanda

El 6 de abril de 1994, un misil derribó el avión de Juvenal Habyarimana, el presidente hutu de Ruanda. Ese mismo día comenzó el mayor genocidio desde la Segunda Guerra Mundial. Una obra planeada, deseada, salvaje. .Entre 800.000 y un millón de personas fueron asesinadas. La mayoría tutsis. La mayoría a cuchilladas, con machetes, azadas, palos. Medio millón de mujeres fueron violadas. Cientos de miles, heridos. Los refugiados, incontables.

Lo mínimo que podemos hacer es recordarlo. Honrar la memoria de los olvidados. Con sus palabras, sus testimonios, y los de los que allí estuvieron para contarlo.

Una web de referencia: Rwandan Stories. Vídeos, fotos, historias, recuerdos. Dolor. Completísima. En inglés.

– En El País, una galería de fotos durísimas. Varias de ellas de Gervasio Sánchez. «El genocidio de Ruanda«.

– Y en El Mundo, otra en blanco y negro: «20º aniversario del genocidio de Ruanda«.El 6 de abril de 1994, un misil derribó el avión del presidente de Ruanda, el hutu Juvénal Habyarimana. El asesinato fue la excusa que puso en marcha un genocidio que llevaba 20 años planificándose y que en solo tres meses se cobró 800.000 víctimas, la mayoría tutsis y hutus moderado

– Nacho Carretero en Jot Down: Ruanda, los 100 días de la barbarie.» «Llovía, claro. El horror cuida siempre los detalles. Dos mil quinientas personas eran conducidas a pie hacia un descampado por milicianos armados y bebidos…»

– Esta historia de Mark Doyle en la BBC es obligatoria, imprescindible, terrible. «A good man in Rwanda«. Twenty years ago, Rwanda descended into the madness of genocide. UN peacekeepers were stretched to breaking point – but one stood out, taking huge risks to save hundreds of lives. La historia del capitán Mbaye Diagne, un héroe.

– Desgarradora, valiente, dolorosa la tribuna de Alfonso Armada en ABC: «El brazo de una muchacha en Ruanda«. «Era un carrete en blanco y negro. Los muertos posan muy bien. Y había muchos».

– Para entenderla hay que leer también esto: «Cosecha de sangre en Gikoró«, es la crónica que el propio Alfonso Armada publicó en abril de 1994 en El País. Es acojonante. «Hay una monotonía de la muerte que congela los labios e idiotiza la sonrisa».

– Vicente Romero en El Mundo: «Ruanda, hace 20 años«. «El tufo pegajoso de la muerte impregnaba el aire en cada rincón de Ruanda. La vegetación y las ruinas ocultaban los cuerpos abandonados. Pero el viento extendía la macabra información de que por doquier se encontraban cadáveres sin sepultar. Su hedor se respiraba en todas partes desde el comienzo de las matanzas, extendiéndose a medida que avanzaba una guerra de exterminio, cruel como pocas, en la que no se hacía prisioneros y se ejecutaba a los heridos enemigos».

– Philip Gourevitch ha seleccionado algunos de los artículos que escribió sobre Ruanda en los 90. Y The New Yorker los ha dejado en abierto hasta el 4 de julio. «Letter from the Archive: The Genocide in Rwanda«.

– Ramón Lobo en El Periódico: «Ruanda, que nadie grite nunca más«.

– John Carlin, en El País, en 2003: «Leopold, el asesino«. «En el noveno aniversario del genocidio de Ruanda, las autoridades municipales de Nyamata dispusieron que uno de los asesinos confesos tuviera un día de permiso en la localidad para que reconociera allí sus crímenes y pidiera perdón. El encuentro se celebró en la iglesia católica local. Leopold, el preso en cuestión, había formado parte de una banda hutu que en 1994 asesinó, entre otras, a 3.000 personas que se refugiaron en esa iglesia».

– John Carlin, también en 2003: «El hombre que mató a su mujer«. Desgarradora historia de Marcelin, que tuvo que asesinar a su mujer para salvar a sus hijos. «Había pensado pedirle que me describiera aquellos últimos momentos de agonía antes de matarla, pero llega un momento -y éste lo es, sin ninguna duda- en el que hay que contener la curiosidad periodística, en el que hay que sopesar el impacto del reportaje que se va a escribir frente a los sentimientos de la persona a la que se está entrevistando».

– Alberto Rojas en El Mundo: «Las 8.000 polaroids de la vida«.

– Hernan Zinn está en Ruanda haciendo un documental junto a Jon Sistiaga. En su blog, estos días, lleva seis entradas sobre el genocidio. I, II, III, IV, V y VI.

– «Así contó ABC el genoicidio de Ruanda«. Con enlaces a las crónicas de entonces.

– Pamela Chen, en National Geographic, rescata las crónicas de AP de hace 20 años: «Revisiting the Rwandan Genocide: Origin Stories From The Associated Press».

– Esto, terrible, de Allan Thompson en 2009: «The father and daughter we let down«.

– Pieter Hugo y Susan Dominu en el NYT: Portraits of Reconciliation20 years after the genocide in Rwanda, reconciliation still happens one encounter at a time. Una galería de imágenes e historias de perdón y reconciliación 20 años después de lo impensable.

– Lauren Wolfe en The Atlantic: «How Rwandans Cope With the Horror of 1994«. La vida destrozada de Consolee Nishimwe. Es difícil imaginar tanto sufrimiento y dolor. Muerte, violación SIDA. Y aún así, su lema vital: «podía haber sido peor».

– Jean-Marie Katamali en The New York Times: «Following Orders in Rwanda«. Ella pudo salir del país en 1994. Abogada, en 1998 regresó. Y habiendo apenas 50 letrados para 140.000 acusados de genocidio, se puso a defender a asesinos. A los que mataron a los suyos. Con ellos reparó en el gran peligro de la ‘cultura’ local, uno que, advierte, no se ha eliminado: el de la cultura de la obediencia.

– Sobre la situación actual escribe Gemma Parellada en El País: «Ruanda, la reconciliación vigilada«.

– Uno de los puntos que trata Gemma es el de las mujeres en la política ruandesa. Las diputadas son casi el 65% del Parlamento. En Foreign Affairs, Swanee Hunt explica precisamente eso. «The Rise of Rwanda’s Women. Rebuilding and Reuniting a Nation«.

– Alberto Rojas y Raquél Villaécija: «Luces y sombras en las Mil Colinas» Es el país que más crece en África después de Ghana, con un desarrollo sin precedentes. La reconciliación es un hecho tangible, pero con un grave déficit democrático.

– Eduardo S. Molano, en ABC, nos cuenta el «Milagro económico tras el genocidio«, pero también trae la parte pesimista: «La polarización entre hutus y tutsis en Ruanda nunca fue tan seria como ahora«. Y cómo las víctimas llevan 20 años buscando justicia.

– Lean también a Richard Dowden, director de la Royal African Society: «Death and Identity in Rwanda«. «On the 20th anniversary of the Rwandan genocide people are talking again about ‘tribes’ in Africa. The Hutu ‘Tribe’, the Tutsi ‘Tribe’. But Hutus and Tutsis are not different tribes. That was the point. Tribally – ethnically – they are the same. They lived in the same space on the same hills. They speak the same language, have the same religion, and live within the same culture. The only difference is in appearance and, partly, in occupation».

– Dowden, que era el Editor para África de The Independent entonces, no ha olvidado. «Twenty years on, Rwanda still bears the scars of its genocide«.

– Peter Gwin en National Geographic: «Rwanda: The Art of Remembering and Forgetting«. Two decades after the genocide, Rwandans navigate the way forward».

Los enlaces los he visto a través de mucha gente. Sergio Maydeu Olivares, Agus Morales, Eduardo S. Molano, Alberto Rojas, Bárbara Ayuso y, sobre todo, Beatriz Hoya.

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